En estos tiempos donde la política
corre el riesgo de encontrarse cada día con un mayor número
de desencantados y más inclinados a la desafección, la
democracia no puede permitirse aliarse con el silencio de la
indiferencia. Existen múltiples razones, casos y situaciones
que están afectando directamente a la paciencia de la
ciudadanía, pero a pesar de las difíciles circunstancias
actuales, sigue habiendo razones y motivos para confiar en
la honestidad de personas que se dedican a la actividad
política y la nobleza de los objetivos de la actuación
pública.
Ángela Merkel por la CDU y el socialdemócrata alemán, Sigmar
Gabriel, por el SPD, han llegado a un acuerdo de gobierno
entre las principales fuerzas que ganaron las últimas
elecciones en Alemania. Este acontecimiento debe ser
ratificado por los militantes socialdemócratas, que con sus
más de cuatrocientos mil militantes se tienen que
pronunciar, si respaldan o no, la decisión adoptada por su
principal líder.
Esta posibilidad de acuerdo y de acercamiento, en algunos de
los principales asuntos de la política económica y social
alemana, no es un asunto baladí. Sus consecuencias van a
incidir, sin lugar a duda, en la política interna de este
país; pero en el escenario que se va a proyectar, como
consecuencia de este proyecto, pienso que se van a mirar con
lupa los planteamientos y su relación con las políticas que
se están desarrollando en la Unión Europea.
La Sra. Merkel, aunque obtuvo un buen resultado electoral,
va a tener que ser acompañada por la socialdemocracia, para
poder gobernar con una mayoría holgada, algo que puede
resultar contra natura, pero que no es la primera vez que
sucede en un país que dirige la locomotora económica de la
Unión Europea, y que por su peso específico también influye
en los principales acontecimientos sociales y políticos, más
allá de la frontera de su territorio.
Esta posible coalición, sin duda, propiciará un cierto
reequilibrio de la actuación económica alemana. Vamos a
intentar enumerar algunas de las principales conclusiones
que, a mi modo de entender, se derivarán de ello. En primer
lugar mencionaré diversas medidas que el socialdemócrata,
Gabriel, ha logrado introducir y que constituyen movimientos
insólitos en la política alemana. “La aplicación de un
salario mínimo interprofesional de 8,5 euros a la hora.
Aumento de las inversiones en educación e infraestructuras.
Anticipación de la edad de jubilación de los 67 a 63 años.
Doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes que deseen
ser alemanes, sin renunciar al pasaporte de sus padres.
Impulsar un impuesto a las transacciones financieras en
Europa. Paridad de sueldos entre el hombre y la mujer”.
Mencionaba las repercusiones internacionales, pues bien, la
política conservadora alemana aceptará que los mecanismos de
estabilidad europeos rescaten directamente a los bancos de
países que no puedan recapitalizarlos.
También es cierto que la Sra. Merkel ha introducido una
serie de imposiciones, entre las que menciono: “Diversas
cuestiones fiscales y presupuestarias, aumento de las
pensiones a las mujeres que tuvieron hijos antes de 1992,
aplicación de peajes en las autopistas alemanas para los
automóviles matriculados fuera de este país, así como el
rechazo de subida de impuestos a los que más ganan”.
Siguiendo con las consecuencias derivadas de este acuerdo,
pienso que aunque no en excesiva medida, algunas decisiones
pueden ir en la línea de las consideraciones manifestadas
por la Comisión Europea, referente a ciertos cambios que
deberían plantearse en Alemania, para una influencia más
positiva en la política económica de la Unión Europea, como
puede ser el tema de las inversiones en este país, pues es
necesario que el resto de los países no se vean afectados
por las condiciones de presión económica que vienen de
Alemania.
Aunque la socialdemocracia alemana no haya logrado
introducir todos los cambios que hubiera deseado, no es
menos cierto, que tanto para la propia Alemania, como para
el resto de países de nuestro entorno, incluyéndonos
nosotros, este acuerdo supone un cierto alivio en el
panorama económico que no deja de atosigarnos, si bien es
cierto, que como se ha comentado anteriormente, no sea la
que a nosotros nos gustaría. Pero escuchar opiniones del
empresariado alemán con sus críticas al acuerdo, en el país
de la omnipotente e incuestionable canciller, denotan que se
han producido movimientos desacostumbrados en la poderosa
economía teutona.
Esta serie de acontecimientos demuestran, a mi modo de
entender, que existen alternativas que pueden permitir
reconducir el rumbo político y económico, por otros
derroteros diferentes, introduciendo otras comportamientos
en las decisiones de los centros de poder económico y
político, tanto a nivel nacional y europeo. Me atrevería a
decir, que hasta el Sr. Rajoy, es uno de los que
internamente agradece estas situaciones, aunque sus
políticas no ofrezcan a nivel interno un panorama alentador
y de efectos pragmáticos, según mi opinión, para una salida
equilibrada de la crisis en nuestro país.
Personalmente apuesto por la alternativa socialdemócrata,
que como en Alemania, es imprescindible y necesaria, para
que en el resto de Europa las políticas de empleo juvenil y
de crecimiento económico lleguen a todas las capas sociales.
Es posible que lo expresado no quede en un simple deseo, si
los ciudadanos optan en las próximas elecciones europeas por
una política progresista, que encabezará el socialdemócrata
alemán Martin Schultz. En España el PSOE acompañará esos
objetivos y en Ceuta, José Antonio Carracao, con su
incesante empuje y su inagotable capacidad de trabajo,
continuará velando en su actividad como Secretario General
del PSOE ceutí, para que hasta el último rincón de Ceuta,
llegue una política social más justa y más solidaria.
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