Buenos días, Ceuta.
Quiero preguntar a todos, queridos e hipotéticos lectores,
si estamos en un país democrático o no.
Para empezar, constato que estamos gobernados por unos
señores que manejan la mentira y el engaño como bandera
representativa de este tipo de gobierno.
Podemos comprobar, documentalmente, que no han cumplido
ninguna de sus promesas electorales, que no es poco y que,
de entrada, califican a estos señores políticos tal como los
he descrito en el párrafo anterior.
¿Qué entendemos por democracia? ¿Tenemos que callar ante un
Gobierno más parecido al de un estado policial y autoritario
que a otra cosa?
No veo por donde lo sacaré, pero me parece que este Gobierno
quiere que el pueblo acepte ser sumiso, con humillación de
orejas y rabo entre las piernas… o sea que se bajen los
pantalones.
Quieran que no, esto es lo que van remodelando los miembros
del Gobierno de este país con, en principio, esas dos leyes
que destruyen completamente el Estado de Bienestar y
arrancan de raíz los derechos humanos y sociales de los
ciudadanos, rectifico, de determinados sectores de la
ciudadanía.
La Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ‘Ley
Fernández’, cuyo título no encaja con su contenido, es
mucho, pero mucho más restrictiva que la anterior ley, la de
Corcuera, es una auténtica herramienta del mejor dictador
que pudiera existir en éste siglo, salvando los tiranos de
países bananeros y del tercer mundo, si es que no hemos
descendido de categoría, y nos retrotrae a aquellos tiempos
de “primero disparar y después preguntar” o a aquella época
en que cierto chaquetero gallego, hoy desaparecido, gritaba
eso de “la calle es mía”, cuando asumía la cartera que hoy
en día lleva Fernández Díaz.
La otra ley que destroza definitivamente el sentido general
de la educación es la LOMCE wertiana.
No es que esté de acuerdo con las anteriores leyes sobre la
educación, en algunos aspectos, sino que esta ley
recientemente aprobada solo por los del PP, producirá un
mayor número de analfabetos que servirán para que exprese la
conocida frase de “más vale malo conocido que bueno por
conocer” trasvasado a esta “más vale bueno conocido que malo
por conocer”.
Lo que expresó el propio ministro de Educación, Ignacio Wert,
tenía que haber sido interpretado como todo lo contrario a
la verdadera intención de dicha expresión. Me refiero a esa
frase ”… pasó el tiempo de destruir y dará comienzo el
tiempo de construir”.
La nula voluntad del Gobierno en utilizar el diálogo y en
cambio valorar la confrontación con el resto de grupos
políticos apoyándose en la mayoría absoluta en el parlamento
del PP, abusando de la dramatización y del tremendismo de un
adefesio que perjudicará, con mucho, a los menos favorecidos
económicamente y ofrecería un futuro basado en el ordeno y
mando de quienes han tenido la idea de hacer callar al
resto.
Volvamos a la Ley de Seguridad Ciudadana, en la que existen
varios conceptos que chocan frontalmente con la Constitución
y que es una ley que no será igual para todos, sobre todo en
identificación y en información.
Los ciudadanos no podremos fotografiar ni filmar a las
Fuerzas de Seguridad del Estado entre otras muchas cosas,
con lo que nos dejan en pelota viva a voluntad de las
mismas, ya que no podremos presentar pruebas de los
despropósitos que a veces ocasionan las mencionadas fuerzas.
En fin, la vida sigue y yo también aunque cansado de los
cuentos chinos que suelta con harta frecuencia esta gente.
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