Parece que es el propósito de
iluminar con adornos las ciudades, que los ciudadanos salgan
un poco más y se decidan a comprar. La idea es buena, el
cebo se pone pero, si los bolsillos están “tiesos”, difícil
será hacer esas compras. Con todo y eso, todo se andará y ya
veremos, por el siete de enero, como se ha dado la campaña
navideña.
En la noche del viernes, alguno de los telediarios abría con
las imágenes de Madrid y Sevilla, como pioneras en el
encendido eléctrico que anuncia las próximas fiestas.
Automáticamente me tuve que decir ¿Y Ceuta qué?. Porque
Ceuta, también, había estrenado alumbramiento y de ello la
primera de las televisiones de España no había dicho ni pío.
Sería que no se les habían mandado las imágenes, “porque
desde aquí deben tardar más en llegar”. ¿Sería por eso?.
Dejemos este tema para otro día, que puede ser interesante.
El alumbrado, casi un mes antes de las propias fiestas
navideñas, es una moda que se ha impuesto y que, ahora
mismo, no cuadra demasiado con la crisis, porque hay un
gasto superior en iluminación, aunque sea corto, y si ahora
estamos con recortes en todo, incluso en lo más necesario,
no cuadra mucho que se haga este despilfarro de luz y color,
como cuando estábamos en época de bonanza.
Naturalmente, y ya son varios años con esta moda, todo esto
se viene haciendo para acercarse más a los comercios. En
estos días hay que vender, hay que terminar el año haciendo
más caja y ello se tiene que lograr como sea, incluso con
ese “engañabobos” que pueden ser las lucecitas que engalanan
las calles principales.
Y he dicho las calles principales, porque hay otras partes
de las ciudades, en las que, si acaso, tienen las farolas de
todo el año y nada más, pero en Ceuta, desde la Plaza de
África hasta la de Azcárate, cuando menos, desde el viernes
al atardecer, todo está cambiado, más bonito, más atrayente
y ya veremos, si en el fin de semana, la noche del sábado y
las tardes-noche del comienzo de la siguiente semana todo
esto se ha dejado notar en la caja de los establecimientos
que se hayan abierto.
Antes de seguir adelante, es necesario decir, que ya el año
pasado, y este también, el despilfarro parece que es menos
despilfarros, las luces parece que son más pobres, es época
de crisis, y muchos de los jardines que otros años eran muy
adornados, ahora no lo están tanto. Aquí sí hubo sensatez,
aunque alguien del propio Ayuntamiento, y no lejano a las
altas esferas gobernantes, me decía la misma noche del
viernes:” el ahorro del chocolate del loro”, y posiblemente
tuviera sus razones, pero la auténtica razón está en que
llevamos dos años con el alumbrado más pobre. Un recorte en
lo superfluo que, sin embargo, no debe ser mal visto.
Se ha dado el pistoletazo de salida a muchos días de fiesta.
La semana esta ya será más corta, por eso del día de la
Constitución. La siguiente tendrá el lunes festivo, y luego
ya, por aquello de que hay que ver si se sale de la
situación de recortes, muchos están esperando a ver qué da
de sí el día 22, día que debiera declararse oficialmente “el
día de la salud”, especialmente por aquellos a los que no
nos tocará la lotería. Eso sí, con las calles más
iluminadas, que en noviembre o luego en enero, pero eso
tarda en llegar, todavía, un mes.
|