ANPE ha venido demandando desde hace tiempo “una reforma del
sistema educativo, que mejorara los rendimientos,
disminuyera los altos índices de fracaso y abandono escolar
y devolviera la confianza y la motivación al profesorado”.
Sin embargo, la LOMCE aprobada ayer por el Parlamento “dista
mucho de ser la solución a estas cuestiones”.
“El ministerio debería saber que una ley de Educación no
puede hacerse sin unos consensos políticos y sociales
mínimos”, lamenta el sindicato, que asegura que “la falta de
un proyecto de partida riguroso para la LOMCE se evidencia
en los cambios constantes del texto final, cuyo resultado es
una reforma parcial de la LOE, que deja sin resolver los
viejos problemas y plantea otros nuevos, como son la
configuración y el diseño curricular, la pérdida de peso de
importantes materias, la omisión de otras y promueve algunas
medidas que perjudican directamente a la enseñanza pública y
las condiciones laborales del profesorado”.
Para ANPE “la LOMCE se orienta hacia el cambio curricular y
organizativo dejando al margen la situación del profesorado.
Se mantiene prácticamente el mismo modelo pedagógico y la
estructura que se pretende reformar y en lo referente a la
vertebración y cohesión del sistema, existe un grave
desajuste en la distribución de competencias para la
concreción del currículo que puede ahondar en una mayor
descentralización produciendo asimetrías y desigualdades
entre las comunidades autónomas. Las evaluaciones censales
no pueden ser el principal elemento vertebrador del sistema
educativo, sino que debe serlo el currículo académico
básico”.
Además, según el sindicato “la LOMCE se ha gestado en un
escenario de recortes en educación. Incluso sus mejores
medidas– planes de apoyo, idiomas y TICS, autonomía de los
centros, FP dual- implican el aumento de efectivos y
recursos que necesitarían una memoria económica suficiente,
que no es la que acompaña al proyecto. Cuando el Gobierno
anuncia la recuperación económica, los recortes ya
efectuados nos sitúan en un momento crítico para la
enseñanza pública. Si la educación fue la primera
destinataria de los recortes, debería ser, ahora, la primera
beneficiaria de la recuperación”.
“Esta ley solo podrá ser viable si aumenta sustancialmente
la financiación en Educación y quedan sin desarrollarse
reglamentariamente las medidas que cuentan con menor
consenso”, manifesta el sindicato.
ANPE ha abogado “siempre” por una reforma educativa que,
“desde un acuerdo de mínimos, permita su implantación y
perdurabilidad, que confíe en su profesorado, apueste por
una enseñanza pública de calidad y le otorgue el relevante
papel que tiene encomendado como garante del principio de
igualdad de oportunidades en todo el Estado. Haber ignorado
estos postulados nos sitúa ante una Ley agotada antes de
nacer y una lamentable oportunidad perdida para haber
llevado a cabo la reforma global, profunda y con visión de
futuro que necesita la educación en España”.
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