El director de la Policía, Igncio Cosidó, ha justificado
este miércoles la colocación de cuchillas en la valla
fronteriza de Melilla para evitar la entrada de inmigrantes
ilegales en España.
En Córdoba, donde ha asistido a la inauguración del primer
seminario hispano-marroquí, Cosidó ha defendido la idea de
que “la seguridad de los españoles depende en muy buena
medida de la seguridad en nuestras fronteras” porque “si no
tenemos unas fronteras seguras, donde exista un control
efectivo de quién entra y quién sale, estamos ante una
enorme vulnerabilidad para la seguridad española”.
En este sentido, el director de la Policía ha ofrecido un
dato “objetivo” y es que el número de entradas ilegales en
Melilla se ha triplicado en contra de la tendencia a la baja
en España en los últimos años. Según ha dicho, en 2012, se
redujo un 30% la llegada de inmigrantes ilegales a nuestro
país y en 2013 también hay una tendencia positiva. En
concreto, según ha anunciado éste, habrá una reducción de en
torno al 15%.
Con estos datos, es “obligación del Gobierno adoptar todas
las medidas que considere necesarias, aunque en ocasiones
sean difíciles, para tratar de proteger y dar seguridad a
nuestras fronteras”, ha dicho. No obstante, Ignacio Cosidó
ha eludido pronunciarse sobre si instalar cuchillas en la
valla fronteriza de Melilla da más seguridad a España o no.
Según ha manifestado, la responsabilidad del Cuerpo Nacional
de Policía es el tránsito de personas, el control, por los
puntos habilitados en las fronteras. “Y dada la intensidad
de tránsito que tiene tanto la frontera de Melilla como la
de Ceuta, no es una tarea fácil. Es enormemente complejo”,
ha afirmado. La seguridad de la valla de Melilla no
corresponde a la Policía Nacional, por tanto, Cosidó ha
preferido ser “prudente” y no entrar en valoraciones sobre
la solución dada por el Gobierno español a la inmigración
ilegal que entra por esta zona.
Presión migratoria
Por otro lado, en cuanto a la situación que Maruecos
traslada a España sobre el número de inmigrantes y la
presión que éstos ejercen, Ignacio Cosidó ha explicado que
la inmigración ilegal también es un problema para este país,
por los flujos de personas que entran de forma ilegal
procedentes del África subsahariana. Por tanto, es un
“problema común. Tenemos que trabajar juntos” para
resolverlo.
En cualquier caso, el director de la Policía ha destacado
que Marruecos está impulsando una nueva política de
inmigración que pone énfasis en dos cuestiones: “en el
respeto a los derechos de los seres humanos, a través de la
implicación de las ONG que trabajan en este área, y
mejorando el control efectivo de sus fronteras”.
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Rabat estudia levantar una valla contra los
inmigrantes que llegan de Argelia
Marruecos estudia construir una valla en la parte norte de
su frontera con Argelia para dificultar la entrada de los
inmigrantes subsaharianos, que una vez dentro del país se
suelen dirigir hacia Ceuta y Melilla o intentan cruzar en
patera el Mediterráneo, rumbo a las costas andaluzas. Altos
responsables del Ministerio del Interior, de la Gendarmería
y de las Fuerzas Armadas marroquíes debatieron ese proyecto
durante una reunión celebrada el pasado fin de semana en las
dependencias del aeropuerto de Oujda, a tan solo 13
kilómetros de la frontera argelina, según revelaron ayer los
diarios Al Massae y Akhbar al Youm, de Casablanca.
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