La palabra “su hija está estable” se ha convertido en una
pesadilla para Baldomero, una persona afilador de profesión
y muy conocido en Ceuta, que el pasado día 21 perdió a su
hija, Macarena, de 42 años y que deja esposo y dos hijos
menores, tras haberla dejado el día antes ingresada en la
UCI, “estable según me dijeron los médicos”
La frase le atormenta en su mente y Baldomero aún tiene
fuerza para contar que su Macarena, su niña, padecía la
enfermedad de Wilson, un dolencia que afecta al hígado.
Su niña, como la recuerda Baldomero, sobrellevaba muy bien
la enfermedad desde los doce años, aunque hace pocas fecha
el doctor que la venía atendiendo aconsejó que ingresase en
el Hospital por su dolencia, relata el padre, que agrega que
a los cinco o seis días se trasladó para conseguir el
historial médico y entregarlo.
A Macarena, prosigue el progenitor, le confirmó hace años la
enfermedad toda una eminencia en la materia, el doctor
Bruguera, dice Baldomero.
Hace tres meses, según el relato, “se puso malita y le dije
al internista que iba a Algeciras y que me diera el número
del busca, a lo que accedió”.
De seguida se planteó el traslado hasta la Unidad de
Trasplantes de Córdoba, dijo Baldomero, “se habló con Manuel
Mata, que confirmó la evacuación”.
Tras ello, prosigue con su relato, me dirigí para
interesarme por el asunto de la evacuación y no había nada
del asunto”.
De seguida “hablé con el internista, quién me comunicó que
los digestivos se habían hecho cargo del caso de mi hija y
que él no tenía nada que ver”.
De sus palabras se desprende que es aquí cuando comienzan
los problemas.
“Los digestivos me dicen que la niña está bien y que no hay
evacuación. La situación empeoró y le extrajeron siete
botellas de líquido y le dijeron que le daban el alta”, dijo
el padre.
A los cuatro o cinco días, cuenta Baldomero con voz
entrecortada, “mi hija me dice: papá estoy mal”, por lo que
la familia decidió su ingreso por urgencias.
“Hablé de nuevo con los digestivos y a los dos días le
volvieron a sacar siete botellas de líquido. En ese momento
supliqué el traslado”.
Posteriormente, “me llamaron de Córdoba para un cita interna
y “la señorita me dijo que era para el día 21”. “Mi hija
estaba empeorando, pero los doctores me dijeron que estaba
bien”.
El día 20, “mi niña empeora y a la una de la tarde me
comunican que la tenían que trasladar urgente a Málaga, con
hora de salida a las 14.30. El traslado no se produjo y a
las 20.00 horas ingresa en la UCI, diciéndome que erapara
fortalecer para ir a la cita. Estuvo bien por la noche y nos
fuimos a casa y las diez menos diez de la mañana comunicaron
a mi hijo el fallecimiento.
|