Coalición Caballas ha exigido a las Administraciones, Ciudad
y Delegación del Gobierno, soluciones inmediatas para el
problema existente tras el derribo de parte de la escalera
que discurre entre la rotonda del Tarajal y el polígono del
mismo nombre.
En nota de prensa, la formación dicen que se ha evidenciado
que las medidas hasta la fecha adoptadas tanto por la
Delegación del Gobierno como por la propia Ciudad para
solucionar el caos en el Tarajal y en sus alrededores,
además de inútiles, son perjudiciales. Y es ayer cuando se
ha producido lo inevitable, una caída de persona en lo que
queda de las escaleras de la discordia.
Nunca jamás los problemas se habían solucionado a golpe de
excavadoras. Desde Caballas llevamos advirtiendo de este
problema desde hace tiempo, y hemos instado a las
administraciones a que con la mayor celeridad se arbitraran
soluciones satisfactorias para todas las partes, que creemos
que son posibles, tanto sólo es cuestión de voluntad
política y de prioridad en las agendas de quienes nos
gobiernan.
Las escaleras del Tarajal, el caos circulatorio, la entrada
a los centros escolares en la zona, afloran un gran problema
que ya señaló Caballas durante innumerables sesiones
plenarias, y no es ni más ni menos que la caótica
organización de la frontera y de sus alrededores. Una zona
que es, por un lado vital para la economía de la ciudad, y
por otro, supone el paso obligado de muchas personas que
subsisten gracias al denominado mercado atípico, y en medio,
se hallan los ceutíes que sufren la inhibición del Gobierno
de la Nación con la complicidad del de la Ciudad que no
desea, o no afronta el problema tomando la iniciativa.
Ayer, afortunadamente, no se ha producido un drama a pesar
del lamentable accidente, pero que, tanto en este caso, como
en el supuesto caso de que pudiera ocurrir algo peor, la
Ciudad y la Delegación del Gobierno serían los responsables
directos por no garantizar un mínimo de seguridad a los
vecinos. Por último, indican que esta actitud lenta, torpe e
inoperativa contrasta con la celeridad que demuestra el
ejecutivo de Vivas en otras cuestiones menos preocupantes y
que requieren menos atención como es la obra de la Marina,
algo que evidencia que este Gobierno responde a criterios
puramente electoralistas.
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