Hasta para enviar un regalo a los
nietos o recibir un envío familiar hay que presentar un DUA.
Otra pega más, otra complicación, sin sumar los problemas en
correos.
No creo que haya un lugar en la Unión Europea o en la Unión
Aduanera en el que las normas de aduanas se apliquen con
tanto ahínco, incluida la rima, como en Ceuta un lugar con
tal abundancia de banderas de la UE que ni la misma Bruselas
tiene.
Todos sabemos que al salir y llegar a nuestra casa en Ceuta,
entre compañías navieras, policías, guardias civiles y
guardias fronterizos de otras Europa, vendrá no menos de 7
veces obligado a mostrar su documentación; creo que aún
tenemos pasaporte español y europeo. No hay nadie en Europa
que para moverse dentro de su país, por ahora tanto Ceuta
como Algeciras son España, deba identificarse tanto como los
ceutíes.
Queda la sensación cuando pasamos el estrecho de ser
presuntos de todo, contrabandista, narco, matutero, evasor
de impuestos, defraudador en los billetes de embarque,
infractor de la Ley Seca... lo que imagine.
Comparando si usted vuela desde Casablanca a Estados Unidos,
seguro que deberá mostrar su documentación menos veces que
si decide ir hasta Algeciras, desde Ceuta por supuesto, y
por ahora ni Marruecos, ni EEUU son parte de la UE.
Y qué decir de las mercancías. Devolver una mercancía puede
llegar a ser un suplicio.
No veo a los “llanitos” cuando vuelan a Londres o cuando
pasan a La Línea siendo requeridos tan profundamente a
mostrar la documentación, ni tampoco que tengan que
presentar DUA para enviar algún paquete a la Gran Bretaña,
los tratan como lo que son, ciudadanos de Reino Unido y bien
que se empeñan en demostrarlo, aunque se apelliden García o
Álvarez, otro motivo de envidia.
Tampoco hay constancia, hasta ahora, de que se haya sido muy
estricto en la entrada de mercancías a Gibraltar desde
España, como ha ocurrido con la arena y demás productos,
comparado con Ceuta, o de Gibraltar ha sido un coladero, por
tanto los nuestros son más exigentes en el cumplimiento de
las normas aduaneras con sus propios nacionales que con los
de un país extranjero, los nuestros nos tratan peor, a los
de Ceuta, que a los de Gibraltar. Ni tampoco parece que
deban padecer una interpretación tan restrictiva de las
Leyes como ocurre en esta ciudad, salvo para algunos.
Decenas de medios de comunicación han corrido a Gibraltar a
narrar el sufrimiento heroico de llanitos, británicos y
españoles en las colas, en los humillantes registros que les
impedían ganarse la vida a unos y disfrutar de sus viviendas
en España a otros, pero da la casualidad que estos medios no
han informado de la entrada o salida a pie desde la Roca y
esos mismos, medios empeñados en alabar a Gibraltar y a sus
gobernantes, nunca han dedicado una línea a la
discriminación permanente de los ceutíes cada vea que vamos
a España, porque eso parece, en vez de estar en España
salimos de un país tercero para entrar en otro de la UE.
De lo que nos hemos ido enterando con respecto a Gibraltar,
sólo es posible pensar que tantas facilidades por parte de
los gobiernos españoles han propiciado un crecimiento
económico en Gibraltar inversamente proporcional al de
Ceuta, paraguayos, turistas, matuteros, suministro de barcos
que antes enriquecían esta ciudad, desde hace años van a
Gibraltar porque es más cómodo, más barato y más fácil que
venir hasta Ceuta, por que los propios gobiernos españoles
así lo han venido decidiendo. Y aquí nos han ido callando
con dádivas engañosas, obras públicas de escasa repercusión
presupuestaria que en poco ha beneficiado el empleo en
Ceuta, con la mentira del puerto franco, con ventajas
fiscales irrisorias comparadas con las de la Roca y
haciendonos pensar que vivimos en una jaula de oro.
Pero no, a la jaula se le cayó hace tiempo el baño de oro ya
nos hemos quedado en una jaula de chapa oxidad con un embudo
para salir y entrar, con escasas expectativas de futuro, en
la que todo cada día es más complicado e incómodo para los
que aquí vivimos, a veces parece que vivimos somatizados.
Hasta puede llegar a dar envidia un gobernante como el
Pic’hhardo , lo tiene claro con el apoyo más convincente del
gobierno británico.
Las consecuencias de esta situación es la generación,
aumento de un desapego más una falta de respeto a las
instituciones y al los organismos de nuestra nación, un
desánimo en todo lo referente al futuro en esta ciudad que a
veces lleva a pensar en la premeditación de una política
encaminada a que esto suceda.
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