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OPINIÓN - MARTES, 26 DE NOVIEMBRE DE 2013

 
OPINIÓN / EDITORIAL

De error en error

Lo que está sucediendo con el colegio público Príncipe Felipe y el caos en el paso comercial del Biutz y en la frontera del Tarajal ya pasa de lo admisible.

No es comprensible que día a día el problema, en vez de irse solucionando, se va agudizando y la paciencia de los padres de los alumnos se va acabando por falta de acciones que acaban con la situación.

La idea de derribar la escalera por la que se accedía hasta el polígono, pasando por la puerta del colegio, es, sin duda, un perfecto desacierto, ya que son muchos los escolares que la venían usando a diario. También es cierto que los porteadores la invadían cuando no pudiendo pasar sus mercancías por el Biutz decidían darse la vuelta con la idea de transportar sus bultos por la frontera, algo que saben que no se puede hacer pero que se ha convertido en más de una vez en costumbre.

El miércoles, los padres de los alumnos, hartos del problema, dieron un primer aviso. Ese mismo día, aunque por la tarde, se sucedieron las reuniones y tanto el delegado del Gobierno como el presidente de la Ciudad coincidieron en que los progenitores llevaban razón en sus reivindicaciones.

Lo lógico es que alguien con responsabilidad y con sentido común se hubiese pensado qué solución era la más idónea.

Pero lo que tendría que haber sido un remedio lo único que ha hecho ha sido agravar más el problema existente. ¿Nadie ha pensado en que quitando la escalera que discurre entre la rotonda del Tarajal y el colegio se dejaba sin un paso esencial a muchos de los escolares? ¿Nadie sabía que son muchos los niños ceutíes que residen en Marruecos y que vienen todo los días a la escuela del Príncipe Felipe? O que otros muchos viajan en el autobús hasta El Tarajal y luego toman las escaleras para ir al colegio. No se sabe de que mente habrá partido la feliz idea, pero es evidente que en la empresa privada, el responsable, hoy, estaría de patitas en la calle
 

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