El problema de los escolares del colegio público Príncipe
Felipe lejos de arreglarse ha pasado a agudizarse y ayer los
padres de los menores protagonizaron una nueva jornada de
protesta, y si el miércoles decidieron cortar la vía en la
que se encuentra el colegio, ayer hicieron lo propio pero en
la carretera de acceso a la frontera del Tarajal.
La acción de protesta, que se desarrolló de las dos a las
tres de la tarde, dejó totalmente colapsada la frontera, ya
que los padres allí concentrados, que estaban acompañados de
los escolares, realizaron el corte a todo el ancho de la
carretera. Las colas de vehículos se convirtieron en
inmensa, produciéndose un gran atasco circulatorio en toda
la zona aledaña, quedando la frontera custodiada por un
grupo de diez agentes de la Guardia Civil
El miércoles pasado, los padres de los alumnos del centro ya
protestaron y tanto el delegado del Gobierno como el
presidente de la Ciudad reconocieron que los progenitores
del alumnado llevaban razón en sus reivindicaciones,
comprometiéndose a buscar una solución a problema que los
escolares tenían tanto en el momento de entrada al colegio
como a la salida, ya que por la acera por la que se ubica el
acceso se dejaba venir a diario un trasiego de “porteadores”
procedente del polígono que tomaban el camino a la escalera
que desemboca en la rotonda del paso fronterizo pasando por
la puerta del centro escolar.
Al día siguiente, agentes de la UIR de la Policía Local
estuvieron en la zona regulando tanto el tráfico rodado como
el de personas y la jornada discurrió con cierta
tranquilidad. El problema parecía que había quedado
solucionado.
Lo que tendría que haber sido una solución se ha convertido
en un problema. El viernes, la orden dada por parte de la
Ciudad ya se convirtió en motivo de comentarios y malestar
para los padres de los alumnos del centro escolar.
Los trabajadores de Obimace, según el testimonio recogido en
el lugar de los hechos, levantaron un muro que tapiaba la
entrada de la escalera por la zona que da a la rotonda del
Tarajal con el fin de impedir que el trasiego de los
porteadores siguiera provocando problemas a los escolares a
la entrada y salida de colegio como hasta ahora venía
haciendo.
Esta decisión fue revocada y la muralla que se había
levantado se derribó, optando por proceder a la demolición
de una parte de la mencionada escalera, en concreto tres o
cuatro peldaños, lo que ya impedía el acceso desde esa zona
hasta el centro escolar y, por ende, el paso de los
porteadores.
Esta acción no ha mejorado para nada las cosas, al
contrario, las ha empeorado. Ya que ha encolerizado a los
padres y madres de los alumnos. Se da el caso que hay
familias, según explicaban ayer a este diario, cuyas
viviendas se han quedado en una zona justo a caballo entre
el colegio y la frontera, como es el caso de Fátima, que se
ha visto totalmente perjudicada por la medida y que ayer
estaba totalmente indignada junto a otra vecina que también
tiene niños pequeños.
Reacción
La reacción de los padres no se hizo esperar y ya por la
mañana comprobaron la enorme vuelta que tenían que dar para
poder acceder a las instalaciones del colegio público. Hay
que tener en cuenta que son muchos los escolares que toman
el autobús hasta El Tarajal usan este camino. También hay
niños que son ceutíes que residen en Marruecos y que también
son usuarios de este paso, ya que están escolarizados en
este colegio.
Tras dejar los niños en el colegio, un grupo de madres,
acompañada por el presidente de la Asociación de Vecinos
Príncipe Felipe acudieron hasta la Delegación del Gobierno
con la intención de que alguien de la misma le recibiese. La
respuesta fue totalmente negativa y el grupo lo único que
recibió fue un impreso de solicitud para mantener, cuando se
decida, una reunión con el delegado del Gobierno.
Posteriormente, el grupo se dirigió hasta el Palacio de la
Asamblea, en el que ese momento se celebraba un acto de
entrega de distinciones, en el que estaba el delegado del
Gobierno y el presidente de la Ciudad, así como varios
consejeros.
El grupo de padres estuvo esperando un buen rato a las
puertas del Palacio, comunicándole a un agente de a Policía
Local que querían ser recibidos por alguna autoridad para
explicarle el problema.
La respuesta fue la misma, nadie salió a recibir al grupo de
padres ni al representante vecinal, que con la misma se
marcharon, anunciando que cuando manifestarían tras la
salida de los niños del colegio.
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“Somos personas no somos animales”
Eran más de cien personas, con los
escolares por delante, las que ayer gritaban que “somos
persona, no somos animales”. Eran los padres de los
escolares del Príncipe Felipe, que a las dos de la tarde
decidieron cortar la carretera a la altura de la frontera
del Tarajal. El derribo de una parte de la escalera que da
acceso desde ese lugar hasta el centro escolar encolerizó al
grupo de progenitores, que permanecieron por espacio de una
hora llevando a cabo la acción de protesta.
La zona estaba vigilada por agentes de la Guardia Civil, a
los que se sumaron varias dotaciones de la UIP de la Policía
Nacional, que sobre las tres de la tarde ya estaban
dispuestos a intervenir para disolver a los concentrados.
Sólo se vivieron algunos momentos de tensión, sobre todo
cuando un grupo de personas que estaba arriba de la zona de
la escalera decidieron tirar las vallas que allí estaban
instaladas.
En la concentración sólo se produjeron protestas, sin
registrar ningún tipo de incidente.
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