Esto no parece tener solución. El
mundo de los tunantes y los pícaros debe tener su origen en
nuestro país, porque de lo contrario no sería posible
importar tanto pícaro como hay suelto en nuestras tierras.
Hace unos días, no más de una semana, me decía el dueño de
una cafetería de la Gran Vía, lugar en el que, de vez en
cuando, entro para tomarme un café, que acababa de quitar la
televisión.
Me extrañó en gran manera, porque hoy en día, no hay un
establecimiento de este tipo que no tenga su televisor
funcionado, aunque nadie lo esté mirando.
Este señor me insistía en que había una inspección, que le
había estado visitando y que, por lo pronto, le habían
pedido 160€ por la televisión y no sé cuanto más por un
aparato de música que tenía allí.
Al final, habían decidido quitar todo lo que oliera a música
y a pantalla televisiva. Era extraño, pero en España lo más
raro, hoy, se hace normal al instante, y aunque me resultaba
poco creíble que las inspecciones hubieran comenzado,
precisamente, por la Gran Vía, ahora cuando se quiere sacar
dinero de “debajo de las piedras” podría ser que todo vale.
Las cosas habían quedado así, hasta que veo en la edición de
El Pueblo de Ceuta, del viernes 22 de noviembre que “dos
individuos se hacen pasar por empleados de la SGAE para
estafar.
La cerrazón del círculo se había concluido. Aquí estaban los
“supuestos inspectores”, que sin credencial de ningún tipo,
sin ser nada de nada, habían intentado “llenar la bolsa” a
costa de los que hubieran querido no verse en problemas de
ningún tipo por cuestiones de pago.
Así ha sido la cosa, dos personas han entrado en Ceuta y se
van haciendo pasar por delegados de la Sociedad General de
Autores y Editores en Ceuta.
La cosa hubiera podido ser más creíble si hubieran aportado
algún tipo de documentación, pero ir sin nada, a ver si
sacaban 180, 200 o 300€, pasaba un poco de lo creíble.
Afortunadamente, hay personas en los bares, restaurantes o
cafeterías que se huelen, desde el principio, que esa visita
está fuera de ser una inspección normal, especialmente
cuando estos dos personajes intentaban que se les pagara en
mano, la primera remesa, luego ya se vería.
La SGAE, que en sus propias carnes ha sufrido, en alguna
ocasión, el timo, por parte de alguno de los de dentro, fue
la que alertó del timo, al tiempo que asegura que aquí en
Ceuta cuenta con un único delegado y que ese delegado está
perfectamente acreditado.
El intento de estafa, intento que no sabemos si llegó a
“pillar” a alguien, va a servir para que, incluso los más
despistados, si vuelve algún listo pidiendo lo que no es
suyo, se den cuenta de que la visita “huele a timo”.
Además, también parece que los precios que hay establecidos
distan mucho de lo que estos “pícaros” querían imponer, por
cuanto en un negocio de hostelería de unos 50 metros
cuadrados, lo que tienen que pagar es 22€,diez veces menos
de lo que los listos de turno se querían llevar.
En la Gran Vía si hicieron varias visitas, en grandes
establecimientos parece que no fueron capaces de entrar y, a
partir de aquí, bueno sería que entraran, por ejemplo, en
Los Rosales. Ese sería el lugar de visita más adecuado para
quienes tratan de apoderarse de lo que no es suyo.
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