Ceuta dia tras día demuestra ser
una ciudad un tanto peculiar, donde la dificultad de lograr
una amplia concentración de ceutíes se tercia bastante
complicado para según que fin se pretenda, y es que ayer
pudimos observar como, aunque los sindicatos mostraran su
satisfacción por lograr reunir a una más que generosa cifra
de tres cientos ceutíes para protestar contra las continuas
agresiones de este Gobierno a los servicios públicos, cuando
todavía no había hecho acto de presencia la incesante
lluvia, el acto solidarios de la hermandad de la Flagelación
lograba superar, y con creces, esa cifra de participantes
pese a la aparición de la lluvia. Quizás hoy en día la
sociedad, a sabienda de las fuertes dificultades que miles
de familias sufren debido a la caótica situación del país y
cansada de protestar ante unos señores que hacen oídos
sordos y continúan elaborando leyes a su antojo, machaquen a
quien machaquen, prefieran hacer gala de esa generosidad
innata en el ser humano, de esa solidaridad necesaria en
momentos difíciles para demostrar a esos políticos que se
puede hacer mucho bien con muy poco, se puede ayudar a las
personas tan sólo con prestarle un mínimo de antención. Y es
que Caballas mismo lo decía ayer, no hace falta gastarse 6
millones de euros cuando tan sólo hay que cumplir una
sentencia e impermeabilizar unos garajes, o no hay que
designar a nadie a dedo si existen personas que por meritos
propios y por cualificación y profesionalidad la ley lo
ampara legalmente pueden ocupar esos cargos. Ayer Ceuta
demostró que hoy por hoy su población, cansada de
reivindicaciones infructuosas, prefiere ser más solidaria
con esas personas que piden ayuda pero que con los recortes
no la reciben, demostrando a los políticos que “hace más el
que quiere que el que puede”.
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