Buenos días, Ceuta.
Ayer me entretuve más de la cuenta en un ocio que casi lo
tenía enterrado: los dibujos y la pintura y así no “coloqué”
mi artículo de día.
No es excusa, que quede claro.
Vemos que la música entonada por las concertinas no ha
gustado a casi nadie, menos al Gobierno del PP, mucho menos
cuando viene acompañada de afiladas cuchillas.
Gracias a su mayoría, los de UPN son tan peperos como el que
más, rechazaron la petición de los socialistas y demás
grupos políticos en la oposición su retirada.
Tampoco han querido, los diputados del PP, elaborar el
reglamento de los Centros de Internamiento Temporal de
Extranjeros (CETI), pendiente desde hace tres años debido a
la pasividad y dejadez de este Gobierno de Rajoy.
Un Gobierno insensible y que desprecia la vida humana, que
por otro lado defiende con pasión en otros ámbitos (léase
aborto) en una clara postura que sólo tra la desvergüenza y
da oportunidad a las mafias para que sigan sus negocios con
los inmigrantes.
Lo más vergonzoso, lo más tenebroso si quieren, es que el
presidente del Gobierno no esté enterado del asunto. Eso de
contestar a pregunta de un periodista, reconociendo que ha
solicitado un informe sobre las cuchillas, “lleva mucho
tiempo ahí” para agregar poco después “hay que preservar la
integridad física de todo el mundo…” y terminar comentando
“No sé si pueden afectar a las personas, pero está en
estudio”, juzguen Vds.
Según la filosofía de nuestro Gobierno, a mi pesar, las
vallas se colocaron para que la gente no saltara y aún así
saltan a sabiendas de que corren peligro físico.
Dando ironía al asunto, me parece bien que las hayan puesto
y que las dejen por cuanto más inmigrantes salten, más
dinero le costará al Estado y cada vez queda menos en sus
arcas por lo que siempre lo pagaremos nosotros, los
ciudadanos.
Es la tónica de este Gobierno del país: que siempre paguemos
nosotros, los ciudadanos, aun los más pobres.
Esta filosofía nos ubica, poco a poco, casi en la misma
categoría que los inmigrantes: tenemos que ir saltando
vallas, que no se llaman concertinas sino crisis, cuyas
afiladas cuchillas se llaman hambre y, casi, con los mismos
derechos sociales que los inquilinos de los CETI’s.
Todos, y cuando digo todos me refiero a todos, sabemos que
los inmigrantes van a venir, sea como sea van a venir, nos
pongamos como nos pongamos y gracias a ellos estamos aquí.
Zapatero me dio rabia cuando no quiso reconocer la crisis…
pero Rajoy me dan ganas de liarme la manta a la mollera y
que Dios me detenga.
Este presidente, y su equipo, juega mucho a la inflación
irrazonable: infla las mentiras hasta cotas inimaginables,
sobre todo en materia económica y de bienestar social, con
lo que diría yo, si lo votan de nuevo, que vivo en un país
de chiflados o gobernado por mafias.
Si algo me pasa es que tengo razón y si no me pasa nada es
que también tengo razón.
Lo de las cuchillas en las vallas de Ceuta y Melilla, digo
yo, no puede ser aceptado como una medida preventiva
civilizada porque es de una crueldad sin medida y suerte que
no hayan aumentado actitudes xenófobas.
En fin, la vida sigue y yo también.
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