Es posible que en los últimos 25
años del pasado siglo la imagen que daban Melilla y,
especialmente, Ceuta fuera una imagen más que engañosa,
cuando muchos visitantes, deslumbrados por tantos
establecimientos de electrónica, creían que era aquí donde
se fabricaba todo y era aquí donde se iba a quedar el dinero
para todos los que vivían en ambas ciudades.
Sin embargo, la apertura de la verja de Gibraltar primero y
la apertura de otros mercados, a continuación, hicieron que
todos aquellos “simulacros de tiendas”, incluso hasta dos o
tres, en un simple portal de cualquier casa, fueran
desapareciendo y que quienes regentaban tales “chiringuitos”
se fueran quedando sin nada que comprar o que vender.
Y así han llegado los momentos de las vacas flacas y tanto
Melilla como Ceuta están ahora a la cabeza de las mayores
tasas de riesgo de pobreza.
La situación es la que es, y en los 18 kilómetros cuadrados
de los dominios de Ceuta, sin una posible agricultura, sin
fábricas de ningún tipo y con los pescadores en una
situación más que crítica, ya me dirán de donde se puede
generar riqueza para cualquiera de las dos ciudades
autonómicas, en las que fuera del funcionariado o de los
militares que aún quedan no hay nada seguro para poder
seguir subsistiendo.
En realidad, no me gustan las encuestas y menos aun cuando
se trata de ver situaciones, en las que, de antemano, se
corre el riesgo de encontrarte con datos desagradables.
Ahora bien, según podemos deducir de los resultados
provisionales de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de
este año 2013, encuesta que ha sido elaborada por el INE,
las mayores tasas de riesgo de pobreza corresponden a
Melilla, con un 36,6% y a Ceuta con un 36,2%.
Esto es lo que hay, y no creo que pueda mejorarse mucho, por
los recursos que ya he citado anteriormente.
Es cierto que muy cerca de ellos sigue una de las regiones
que tiene suelo y recursos para dar de comer a media Europa,
pero las cosas son como son y Extremadura está en el 34,1%,
algo realmente grave para lo que hay y se produce en los
miles de hectáreas de la región extremeña.
Vistos estos números, podríamos decir que Ceuta y Melilla
son las auténticas hermanas desheredadas, que en España, la
tasa de riesgo de pobreza se sitúa en el 21,6% de la
población que reside en nuestro territorio nacional.
Los datos, con todo, no son de auténtica veracidad porque
aquí no se está midiendo la verdadera pobreza, la pobreza
absoluta, sino el número de personas con ingresos bajos en
relación al conjunto de la población y es que aquí hay más
de uno y más de una docena de personas que aparecen con unos
ingresos bajos, o sin ingresos, cuando ciertas actividades
les pueden proporcionar más que lo suficiente para seguir
viviendo, y no vamos a entrar en más profundidades.
Y hay más matizaciones que podrían hacerse, como es el hecho
de que la tasa de riesgo de pobreza difiere en función del
nivel formativo que tengan las personas, y casi un 28% de
esa población que ha logrado un nivel educativo equivalente
a la formación primaria, o más baja, está en riesgo de
pobreza. Por desgracia, en Ceuta, hay muchos de sus
habitantes que se encuentran en esa situación, y no vamos a
recorrer ahora las distintas culturas que pueblan esta
ciudad o Melilla.
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