Los padres de los alumnos del colegio Príncipe Felipe,
ubicado junto al polígono El Tarajal, llevaron a cabo ayer
una acción de protesta cortando el tráfico rodado en la
avenida en la que se encuentra el centro escolar. La razón
del corte de vía es debido a los problemas surgidos con el
trasiego de porteadores que se da en la zona, lo que ha
provocado que algunos padres hayan recibido algún golpe con
la carga que transportan estas personas, a las que respetan
por que vienen a ganarse el pan, dijo un padre.
La tensión que se vive en el polígono de El Tarajal día a
día con los porteadores está provocando que se vivan
situaciones que terminan afectando a colectivos que nada
tienen que ver con el problema derivado del comercio.
Tanto es el malestar, que los padres de los alumnos del
colegio público Príncipe Felipe decidieron ayer protagonizar
un corte de vía en señal de protesta por los incovenientes
que se encuentran a diario cuando tienen que llevar al
centro escolar.
La raíz del problema, según explicaron algunos padres a este
periódico, estriba en el caos que se genera con los
porteadores en toda esta zona fronteriza con las actuaciones
que los agentes de los Cuerpos de Seguridad del Estado
llevan a cabo en la misma.
Al no poder los porteadores pasar las mercancías por la zona
del Biutz, éstos toman literalmente la acera en la que tiene
el acceso el centro escolar, haciendo casi imposible la
entrada al mismo. Tanto es así, según el relato de un padre,
el martes un porteador golpeó con su carga a una madre que
llevaba su hijo al colegio tirando a ambos al suelo.
Hartos ya de este inconveniente, un grupo de padres,
director del centro incluido, en torno a unas doscientas
personas, según las declaraciones recogida de los padres en
la puerta del centro, se concentraron ayer y llevaron, sobre
las nueve menos cuarto de la mañana, hora de entrada de los
escolares, el corte de la vía, que se prolongó de espacio de
algo más de media hora.
Los progenitores de los menores dejaron claro a este
periódico, que si el problema no se soluciona seguirán
realizando acciones de protestas, “ya que los niños no
pueden usar la acera para entrar al colegio”. Este hecho fue
comprobado por este periódico cuando se produjo la salida de
los escolares a las dos de la tarde.
Agentes de la UIR tuvieron que acudir hasta el lugar para
poder regular tanto el tráfico de escolares, padres,
porteadores y vehículos.
Lo padres no entienden el motivo por el tienen que pasar los
porteadores por esa zona, “ya que al lado existe una puerta
de unos diez o doce metros que se utilizaba antiguamente y
que ahora permanece cerrada”, dijo uno de los progenitores,
quién agregó que durante un tiempo estuvo trabajando en esa
zona del polígono.
Otro padre dijo, refiriéndose a los porteadores, “que a este
problema le tienen que dar una solución, ya que por la
mañana se concentran cerca de tres mil personas y en cuanto
empiezan a notar que pueden pasar lo hacen provocando casi
una estampida”.
Según el testimonio de este padre, que entienden que los
porteadores vienen a ganarse el sustento, la situación se ha
tornado insostenible”. El director del colegio ya nos puede
hacer más de lo que hace”.
Por último, uno de los padres dijo que los niños están
traumatizados y algunos “no quieren venir a la escuela, ya
que tienen que presenciar como la Policía le pega a los
porteadores”.
De hecho, una ambulancia tuvo que asistir ayer a una
porteadora que fue golpeada por un agente y otras de este
colectivo se unieron a la protesta.
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Una situación que es “el cuento de nunca acabar”
No se entiende muy bien como es
posible todo lo que sucede en el Polígono del Tarajal. Los
problemas ya son a diario y aparecen y desaparecen con una
facilidad asombrosa. Al polígono mejor se le debería llamar
el “del caos”. Si uno se adentra en el mismo puede comprobar
que por más vuelta que las autoridades le dan al asunto, los
inconvenientes y las situaciones de tensión vuelven a
aparecer. Comerciantes, porteadores, clientes y hasta los
padres del Colegio Príncipe Felipe están hasta el gorro de
la situación, y hartos ya de tanta promesa incumplida han
decidido poner freno a la locura que se vive en la zona.
Ayer, cortaron el tráfico; mañana no se sabe que acciones se
llevarán a cabo.
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