“Las nuevas tecnologías desempeñan un papel cada vez más
importante en las relaciones que establecen los jóvenes con
otros chicos y chicas”. Esto las convierte “en un
instrumento de doble filo: por un lado, son una herramienta
de sensibilización eficaz frente a la violencia de género,
pero por otro facilitan nuevas vías para el ejercicio de
conductas violentas, como el ciberacoso, que supone una
invasión sin consentimiento y repetida de la intimidad de la
víctima”. La ministra Ana Mato anuncia medidas educativas en
todas las etapas, que se sumarán a las penales, para
combatir el acoso y el maltrato a través de las nuevas
tecnologías.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana
Mato, ha expresado de este modo la preocupación de su
departamento por el uso de Internet y las tecnologías entre
los jóvenes como forma de ejercer la violencia.
Lo ha hecho en la presentación de los dos últimos estudios
elaborados por la Delegación del Gobierno para la Violencia
de Género en 2012 y 2013: “El ciberacoso como forma de
ejercer la violencia de género en la juventud: un riesgo en
la sociedad de la información y del conocimiento”, elaborado
por Cristóbal Torres, catedrático de Sociología de la
Universidad Autónoma de Madrid, y “La Evolución de la
adolescencia española sobre la igualdad y la prevención de
la violencia de género”, dirigido por la catedrática de
Psicología de la Educación de la Universidad Complutense
María José Díaz-Aguado.
Entre las principales conclusiones de los estudios, en los
que han participado más de 8.000 adolescentes y jóvenes de
13 a 19 años, destaca el hecho de que las nuevas tecnologías
facilitan a los agresores alcanzar a sus víctimas sin tener
contacto directo con ellas, suponen también una dificultad
para cerrar una relación de pareja y que los estereotipos
tradicionales que siguen existiendo en las relaciones entre
hombres y mujeres se proyectan en Internet y las redes
sociales.
De hecho, el estudio sobre el ciberacoso señala que Whatsapp,
Tuenti y las llamadas al móvil son los medios más frecuentes
para enviar y recibir mensajes insultantes o amenazantes,
como forma de ejercer la violencia de género.
En paralelo, la juventud “nativa digital” tiene una
percepción del riesgo muy baja. Así lo demuestra el hecho de
que más de uno de cada cuatro adolescentes (el 28,1%) no
consideren conducta de riesgo responder a un mensaje en el
que le insultan. Una proporción similar asegura que colgaría
una fotografía suya que sus padres no autorizarían.
Y son muchos los que los reciben, especialmente las mujeres.
De las jóvenes han sido víctimas de violencia de género a
través de las nuevas tecnologías, hasta el 61,7% asegura
haber recibido mensajes con insultos Además, el 36% ha
recibido algún mensaje que les ha hecho “sentir miedo”.
El 14,7% de las chicas que han sufrido esta violencia, por
otra parte, asegura haber recibido algún mensaje para
presionarlas a participar en actividades de tipo sexual. Y
hasta un 16,6% de las jóvenes asegura que han visto
difundidas imágenes suyas comprometidas o de carácter sexual
sin su consentimiento.
No obstante, un tercio de los jóvenes, chicos y chicas,
aseguran haber respondido en dos o más ocasiones a un
mensaje en el que le insultan u ofenden.
El estudio sobre el ciberacoso también revela otras
conductas de riesgo en ambos sexos: el 25% de las
adolescentes y el 36% de los chicos no consideran muy o
bastante peligroso responder a un mensaje en el que alguien
que no conoce le ofrece cosas. Además, el 5% de las chicas y
el 16% de los chicos no creen peligroso colgar una foto suya
de carácter sexual; de hecho, el 1,1% de las jóvenes y el
2,2% de los chicos reconocen haberlo hecho en alguna
ocasión.
Estos datos revelan, para la ministra, la necesidad de
actuar. “La juventud y la adolescencia tienen una
importancia vital en el desarrollo de la persona. Es el
momento en el que se establecen relaciones humanas y se
dibuja el proyecto de vida. Por ello actuar en esta etapa es
fundamental”, ha asegurado.
Por ello, y porque “queremos acabar con este tipo de
violencia”, Mato ha anunciado una batería de medidas
dirigidas a combatir los nuevos delitos relacionados con las
nuevas tecnologías, y también en el ámbito educativo. A las
medidas penales, como la tipificación del acoso como delito,
con agravante en caso de que el autor sea cónyuge o ex
cónyuge, se suman las medidas de formación, como el fomento
de la igualdad efectiva en todas las etapas educativas.
También durante este curso el Ministerio apoyará el Plan de
Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar, que se
reforzará en 2014 con la inclusión de otras formas de
violencia contra la mujer.
Asimismo, se proporcionarán “herramientas a profesores y
padres para complementar su labor educativa en este ámbito”,
como la Red de Buenas Prácticas 2.0 para luchar contra el
ciberacoso, o el Proyecto Plurales, de educación en
igualdad.
La ministra también ha recordado que, haciendo uso del
potencial que ofrecen las tecnologías y las redes sociales,
se ha lanzado la aplicación para smartphones “Libres”, para
detectar los signos de la violencia de género y ofrecer
herramientas para salir de ellas.
En este sentido, la ministra ha aprovechado su intervención
para recordar a las 44 mujeres y a los 5 menores fallecidos
en lo que va de año por esta lacra, así como a los 40 que
han quedado huérfanos y al medio millón de niños que
vivieron situaciones de violencia en España durante el
último año Mato ha reiterado su llamamiento a la denuncia
dirigido a las víctimas: “Es la llave de vuestra libertad y
de la de vuestros hijos”, ha dicho.
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