El asunto de la línea marítima de
interés público se ha erigido en protagonista de un
auténtico culebrón político al que de momento no se le ve al
final
Gobierno de la Ciudad y Delegación del Gobierno, aunque no
lo parezca, mantienen posicionamientos bien distintos sobre
el tema y para ello sólo hay que tirar de hemeroteca y
analizar las declaraciones que una y otra parte hacen cada
vez que tienen ocasión.
Cuando se produce la comparecencia del portavoz del Gobierno
de la Ciudad, Emilio Carreira, es rara la vez en que la
cuestión, a preguntas de los periodistas, no salta a la
palestra y, como en la del viernes, mientras el consejero
portavoz afirma que confía plenamente en la voluntad del
Gobierno de España y que el asunto va a tener una pronta
solución -en otra comparecencia dijo que estaría solucionado
antes de final de año-, el delegado del Gobierno mantiene
que todo lo relativo a la licitación del contrato tendrá que
esperar, cuando menos, dos o tres meses, esto es, que el
final del problema podría estar para febrero o marzo de
2014.
Lo mismo pasa con la supuesta intención del presidente de
Baleária, quién hizo público que había mantenido sendas
reuniones con el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y con
el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González. ¿Pero
qué pasa?, que como el portavoz del Gobierno ceutí, que
habla en nombre del Ejecutivo, no estuvo en la reunión, pues
no tiene conocimiento de nada. Una verdadera lástima.
Lo mismo pasa con Juan Vivas y Cospedal; el primero no
desaprovecha ninguna oportunidad para decir que está fuerte
y que quiere presentarse a la reelección, mientras que
Dolores de Cospedal no deja de decir que no son momentos de
candidaturas. Está claro que existen diferencias en una
misma línea.
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