Y no ha hecho más que comenzar la
liga. Han bastado cuatro días, en la semana pasada, para
quedar muy claro que el Madrid de este año es un juguete
roto, en manos de unos niñatos que no dan la cara y que no
aspiran a otra cosa más que a ganar dinero y a ir con sus
correspondientes selecciones, olvidándose de quien les paga.
Esto lo veíamos venir desde que con la feroz presión de la
prensa de Madrid, a la que jaleaba la del resto de España,
salvo excepciones, el técnico portugués, Mourinho, decidió
marcharse.
Tenía muchos frentes abiertos, que se los habían abierto
dentro de la propia casa y desde ciertos medios de
comunicación que para santificar a niñatos, a chivatos y a
ciertas medianías, demonizaron a un grandísimo entrenador
que no era partidario de las francachelas, que trabajaba las
24 horas del día y que llamaba al pan, pan, algo que duele
mucho en este país en el que se prefiere jalear a los
tramposos o a los golfos, antes que valorar a quien cumple
con su obligación, en el trabajo.
Se apostó, al irse Mourinho, por otro técnico de nombre,
pero de nombre, porque hasta ahora no parece haber dado con
la tecla del trabajo real, o si lo ha intentado no le está
saliendo bien, especialmente porque hay ciertos silencios
que están como las termitas, haciendo un grandísimo daño en
la plantilla.
Desde el partido inicial de la liga se vio que este era otro
Madrid, que la entrega había desaparecido, que un grupo
“haciendo piña” con el “suplente de ahora” estaba ahí, pero
sin hacer mucha sombra. También se veía que otros no estaban
dando ni la cara, ni la talla y que no se sabía a qué había
empezado a jugar este Madrid.
Lo más sorprendente, desde entonces, es que los que
“desollaban” a Mourinho ahora guardan silencio, no saben, no
contestan o no son capaces de reconocer que tuvieron unos
comportamientos ruines y que ahora será un verdadero
calvario volver a coger el ritmo que se había tenido antes.
Y es que, los mismos que el año pasado, por estas fechas,
habían hecho que el Madrid tuviera perdida la liga, han
hecho este año en dos partidos que se enfile el mismo
camino. Y si he dicho los mismos es porque hay alguien que
entonces salía, ahora está en el banquillo, pero desde fuera
del terreno de juego se puede influir para bien o para lo
contrario, en la marcha de un equipo.
Por si fuera poco, los jóvenes fichados de nuestro propio
país, o los subidos del segundo equipo, no están o no han
estado, todavía, para los momentos complicados. Es cierto
que Isco, con dos jugadas, en terreno de nadie, y con su
acierto en un par de partidos, se ha ganado a la parroquia
del Bernabeú, pero cuando han llegado los momentos de la
verdad, hasta ahora, el único que se ha podido salvar ha
sido Cristiano Ronaldo, los demás van camino de volar
demasiado bajo, y es hora de cambiar.
Hay mucho camino por delante, todavía, ahora mismo está todo
por decidir, pero los colchoneros, tras 14 años, han sido
capaces de ganar en Chamartín, una prueba de que los
“niñatos”, bien pagados, muy mimados y bastante mal criados,
se están riendo de la entidad que les proporciona todo.
Florentino Pérez ya debiera haberse dado cuenta del “pelaje”
de las figuras y de las figuritas, para irles haciendo un
hueco en el belén de las próximas navidades. Dejando las
bromas de lado, si no corta esto, será otro año de fracaso.
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