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El balance de criminalidad
publicado por el Ministerio del Interior y referido a Ceuta,
arroja unos resultados preocupantes en el capítulo de robos
con violencia e intimidación y en la supuesta relación de
una red de tráfico de drogas ceutí con el islamismo radical,
según el reportaje “A Fondo” de Antena-3. El aumento un 52%
de aquéllos respecto al pasado año, los 202 delitos
violentos de enero a septiembre pasado y las más de 300
sustracciones de vehículos, son para tenerlos muy en cuenta,
máxime en una ciudad como ésta, reducida y con dos
fronteras: la del Tarajal y la del puerto.
Las quejas de los comerciantes del centro por la oleada de
hurtos que se registraban ha hecho que el Ministerio del
Interior ponga cifras a esas críticas empresariales, que
advertían del creciente aumento de la inseguridad ciudadana.
De hecho, en estos meses los 58 robos más que el pasado año
son un indicativo de que algo no funciona bien. En la
festividad de los Santos Angeles Custodios, el Jefe Superior
de Policía habló del porcentaje de delitos esclarecidos,
pero no hizo mención alguna a estas cifras que ponen muy en
cuestión la labor de prevención. Además, hay que añadir un
dato inquietante: la Guardia Civil relaciona, según
Antena-3, una red de drogas ceutí con el islamismo radical y
se habla de 36 detenidos, según el reportaje en “A Fondo”,
con redes que llegaban hasta Portugal, Francia, Países Bajos
y Reino Unido.
Ya es preocupante que nuestra ciudad no sólo sea lugar de
captación de yihadistas para Siria sino que también aquí,
los narcotraficantes tengan relación con el islamismo
radical a través de la droga como fuente de financiación. A
tenor de estas informaciones, nos hemos convertido en un
punto caliente.
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OPINIÓN / EDITORIAL
