Tras un largo peregrinar por el desierto, se atisban tiempos
de cambio en el Partido Socialista Obrero Español. Una
travesía que comenzó allá por 2008, que se agravó el verano
de 2010 y que quedó reflejada con los resultados de las
Elecciones Generales del 20 de noviembre del siguiente año.
Momentos muy duros para los socialistas y para todos
aquellos que confiaron en un referente político más que
centenario y que tantos logros sociales logró.
Bien es cierto, que durante tan largo peregrinar no han
faltado oasis en los que ampararse, como pueden ser los
resultados electorales en Andalucía, Asturias o Canarias.
Sin embargo, la característica, y principal virtud, del
votante de izquierdas, y del propio militante socialista, es
su alto nivel de autocrítica, así como un elevado grado de
exigencia para con los líderes los diversos proyectos
progresistas que se hayan podido llevar a cabo. Hombres y
mujeres que necesitan volver a ilusionarse en unos tiempos
tan difíciles como los que corren, pero que asumen errores
cometidos, ya por otra parte, reconocidos también por los
propios ex-gobernantes socialistas, y que no se conforman
con una buena labor de oposición sino que exigen “una manita
más roja de pintura “ en todas y cada una de las propuestas
que se deben de llevar a cabo. Esa exigencia cobra más valor
debido a que el Partido Popular está haciendo añicos todos y
cada uno de los avances conseguidos en materia de bienestar,
vistiendo de obligatoriedad la labor de realizar recortes de
lo que realmente es una derecha amparada en la falsa
“herencia recibida” y que no propone un cambio de ruta hacía
políticas que no ataquen a los más desprotegidos y, por
ende, al estado de bienestar.
“Por el cambio”, fue el eslogan con el que el Partido
Socialista obtuvo por primera vez una victoria en España.
Ahora también es necesario un nuevo cambio, porque, cuál
fénix, es nuestra oportunidad de resurgir de nuestras
propias cenizas. Los que nos sentimos socialistas debemos
estar ilusionados ante los cambios que este fin de semana se
han llevado a cabo dentro de la propia organización, gracias
a una gran batería de propuestas elaboradas por, no sólo ya
de los más de 200.000 afiliados que conforman el PSOE, sino
también por los ciudadanos de a pié que han contribuido
presentando, enmendando y debatiendo todo lo recogido en el
Documento Marco presentado por la Comisión Ejecutiva
Federal.
Los socialistas, de esta manera, “cerramos una puerta y
abrimos otra” poniendo sobre la mesa temas candentes para la
sociedad como pueden ser la necesidad de eximir del IRPF a
las rentas más bajas, hacer aflorar patrimonios “ocultos”
con fines recaudadores para con las arcas del Estado,
derogar la amnistía fiscal, crear un nuevo impuesto sobre la
riqueza, proponer un IVA específico para artículos de lujo,
debatir sobre la propia situación de las autonomías, exigir
que potencie el I+D+I, desarrollar medidas eficaces para con
el medio ambiente, promover el uso de las renovables,
abanderar la igualdad y el feminismo en los diversos ámbitos
de la vida cotidiana, debatir sobre la situación de la
Jefatura del Estado, blindar el suministro de agua y luz a
familias empobrecidas, llevar a cabo la proposición de
prohibir partidos de carácter xenófobo o revisar los
acuerdos con la Santa Sede. En definitiva se pretende
desarrollar acciones con fines aperturistas y renovadores
ante una sociedad que necesita de un PSOE más fuerte,
moderno y cohesionado.
Ha sido un periodo dedicado a una necesaria revisión
ideológica en la que se ha puesto de manifiesto que el PSOE
es el partido con mayor capacidad de aperturismo y
democracia interna en nuestro país, proponiendo unas
primarias abiertas en las que puedan participar todos y cada
uno de los simpatizantes y en las que se rebajan el número
de avales que deberá presentar al Comité Federal todo aquel
que quiera liderar proyectos futuros. En definitiva, ahora
más que nunca, un PSOE en el que caben todos y con una mayor
capacidad de liderar España.
Secretario de Medio Ambiente de JSCE
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