La AD Ceuta FC enlazó ayer su quinta jornada consecutiva a
domicilio sin ganar. Y lo hizo, además, encajando una
derrota frente al que era en ese momento colista del grupo,
el Pozoblanco, equipo que sólo había sido capaz de obtener
cuatro puntos en sus once primeros partidos del campeonato.
El equipo caballa, tal y como sucedió hace una semana frente
al Xerez, hizo un partido para olvidar, volviendo a
desbaratar lejos del tierras ceutíes el trabajo y los puntos
conseguidos en el Alfonso Murube.
Ceuta y Pozoblanco firmaron una primera parte soporífera,
sin que ninguno de los equipos enviasen ni un solo disparo
entre los tres palos de la portería rival. Aunque el Ceuta
intentó imprimir algo más de ritmo al partido, su juego era
truncado constantemente por un férreo centro del campo
pozoalbense, que imprimió una gran dureza en sus jugadas.
Esto hizo que el conjunto cordobés se cargase de cartulinas
muy pronto, aunque el trabajo tuvo su efecto, ya que los
ceutíes fueron incapaces de acercarse con peligro al área de
Calonge.
El Pozoblanco se decidió durante la primera mitad a destruir
el juego del equipo caballa, limitándose a enviar balones
largos a sus delanteros que eran bien repelidos por la zaga
caballa, que tampoco tuvo ningún problema para evitar que
Garrido, de nuevo titular, tuviese que intervenir. De este
modo se llegó al final de un primer tiempo de muy poco juego
y menos ocasiones, alcanzándose el descenso con el 0-0
inicial.
Tras la reanudación, sin embargo, el guión del partido
comenzó a cambiar. Ambos equipos intentaron jugar con algo
más de criterio, creándose más espacios sobre el campo y
permitiendo a los delanteros alcanzar con algo más de
facilidad el terreno rival. Calonge hizo su primera
intervención en el 48’ tras un tímido remate de cabeza,
mientras que dos minutos después Carlos Javier protagonizaba
la primera ocasión para los pozoalbenses con un buen disparo
lejano ante el que no tuvo problemas Garrido.
El Ceuta comenzaba a tocar el esférico con más intención,
aunque le seguía faltando la profundidad necesaria para
poner en serios apuros al guardameta cordobés. El técnico
del Pozoblanco, Mario, movió ficha y situó a Charaf de
interior izquierdo (habitualmente lateral derecho). Con el
cambio, el conjunto cordobés ganó enteros, comenzando a
crear algo más de peligro por esa banda. Sin embargo, y
cuando más destacado estaba siendo el juego del cuadro
pozoalbense, llegó el tanto de los ceutíes.
Hosni, que debido a las numerosas e importantes bajas del
Ceuta tuvo su oportunidad para jugar como titular, demostró
su valía en el equipo caballa enviando un gran disparo raso
y cruzado desde la frontal del área que se convirtió en el
0-1. Con el marcador a favor en el campo del colista y con
solo quince minutos para acabar el encuentro, el Ceuta lo
tenía todo a su favor para regresar a tierras ceutíes con la
victoria.
Nada más lejos de la realidad. El tanto del equipo caballa
espoleó a los jugadores del Pozoblanco, que durante el
último cuarto de hora del encuentro pusieron todo el corazón
y la intensidad de los que habían estado carentes hasta ese
momento. Y fue en jugada a balón parado, golpeando donde más
duele, como el conjunto cordobés consiguió el empate.
Alberto Fernández, a la postre el gran protagonista del
encuentro, envió un córner medido a la cabeza de Valentín,
quien hizo vibrar a la grada del Municipal de Pozoblanco con
el 1-1. El equipo caballa intentó levantarse, pero parecía
noqueado sobre el terreno de juego. Aun así, Said tuvo en
sus botas el gol de la victoria, al plantarse solo ante
Calonge. Pero el marroquí, que optó por lucirse en vez de
fusilar la portería cordobesa, terminó enviando el balón
alto. Ya en el 86’, y cuando parecía que el encuentro iba a
acabar en empate, Alberto Fernández botó una falta lateral
que terminó entrando por la escuadra de la portería de
Garrido, convirtiéndose en el 2-1 con el que acabó el
partido.
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