Siguen los problemas y cada parte
lo ve de una manera, según sus intereses o sus propias
molestias, pero alguna solución tendrán que dar al problema
de las terrazas, para que unos puedan seguir con sus
negocios y los otros no tengan que soportar el ruido o esas
molestias que llegan desde aquí.
Ahora mismo, los hosteleros se sienten perjudicados por el
horario de cierre establecido, en la normativa de terrazas.
Está claro, no siempre llueve a gusto de todos, y serán los
hosteleros los que comiencen a buscar firmas para ampliar el
tiempo, con las terrazas abiertas, hasta la dos de la
madrugada.
Llegar a un acuerdo con estas pretensiones me parece que va
a ser muy complicado, porque tener que aguantar cualquiera,
desde su casa, a quienes le están molestando, desde una
terraza, hasta las dos de la mañana, ya es pasarse y no creo
que en esta época del año eso de las dos de la madrugada sea
el horario más conveniente para nadie, cosa muy distinta
sería en el mes de agosto o de julio, pongamos por caso.
Tiempo al tiempo.
La situación es complicada, porque los hosteleros, muchos de
ellos, se encuentran, cuando menos lo esperan, con
denuncias, por lo que han decidido proponer a la Ciudad que
quienes denuncien, en el caso de que se pueda demostrar que
no es desde la terraza, desde donde se produce el ruido, en
ese caso, sean los propios denunciantes los que sufraguen
los gastos de ese informe medioambiental que cada hostelero
tiene que presentar tras la denuncia.
Demasiados problemas los que pueden ir surgiendo con todo
esto, problemas que no acarrean nada positivo a los
hosteleros y de rebote a quienes podrían conseguir un puesto
de trabajo que, con esta situación, no lo van a poder
lograr.
Está claro que Ceuta no encuentra la vía por donde levantar
cabeza, ya que su comercio, salvo en días concretos que
viene personal de Marruecos, es muy cortito, no posee
industria de ningún tipo y si ahora al sector servicios se
le va cercando por un lado o por otro, la situación para
muchos bares y restaurantes se presenta oscura.
Los empresarios sostienen que “gran parte del tejido
empresarial está orientado al sector turístico”, que si no
tiene donde poder comer o tomar un café, pongamos por caso,
será otra faceta que irá a menos cada día.
Los hosteleros tienen una gran preocupación por los
horarios, unos horarios que, según ellos, son cortos, como
lo vienen manifestando desde hace tiempo, al considerar que
“se necesitan unos horarios de apertura más acordes con una
ciudad turística”.
Hasta aquí yo podría estar de acuerdo con los hosteleros, si
realmente, de verdad, Ceuta fuera una ciudad turística que
hoy no lo es.
Y hay más, se quejan del horario que les exige la Ciudad y
salvo en contadas ocasiones y en determinados lugares, acaso
en la Feria, en Ceuta no hay abierto y con terraza a
disposición de quien la quiera ir a utilizar, cuando han
pasado las once de la noche.
Vistas así las cosas, no entiendo mucho por qué los
hosteleros ven tanto problema en el horario, cuando aquí se
cierra más pronto que en cualquier parte y no digamos si lo
comparamos con un lugar verdaderamente turístico.
Viendo las cosas con total imparcialidad, no sé si los
hosteleros, todos, están pisando firme, o si por el
contrario se trata de algo muy particular solicitado por
Boulaix y algunos otros, no muchos, más.
Porque Ceuta, que no vive, precisamente, de lo que es en sí
una terraza, tendría más fácil que ningún otro lugar ponerse
de acuerdo en sus diferentes organismos para que nadie
saliera perjudicado, ni los empresarios, ni el vecino del 2º
D, por ejemplo, cuando pasan ya de las 12 de la noche.
Pienso que, de aquí hasta abril o mayo, habrá tiempo más que
de sobra para poder llegar a un acuerdo.
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