Cada día está más extendida la
moda de ser acompañados por algún tipo de mascota,
especialmente perros, en gran parte pequeñitos, pero en
ocasiones tan grandes que en caso de cualquier percance, ni
el mismísimo dueño sería capaz de frenar el ímpetu del
animal.
Esto, le guste a uno más o menos, no debería ser objeto de
críticas, ni peligro alguno, en teoría, lo malo del caso es
que, tras los gustos por los “animalitos” vienen, después,
el cansancio o las molestias que pueden ocasionar a uno y
esos animalitos, tan mimados y tan bien atendidos, pasan a
ser abandonados, con lo que entramos en auténticos
problemas, de consecuencias, en principio, insospechadas.
Los perritos, de momento, no tengo noticias de que hayan
ocasionado problemas de ningún tipo, pero en cuanto a los
gatos, por ejemplo, las sospechas empiezan a ser serias, en
un nuevo foco de pulgas, ahora en otro centro de educación o
de atención a nenes, como ha sido en la guardería de Juan
Carlos I.
El foco de pulgas ahí se ha presentado y Sanidad tiene que
fumigar, para erradicar esta “plaga” que, tan poca gracia ha
hecho a nadie.
Nada más y nada menos que tres aulas de la Guardería Juan
Carlos I han tenido que ser fumigadas en el comienzo de la
semana. Es la segunda fumigación, en menos de un mes, que se
hace en un centro de Ceuta. Esto comienza a ser preocupante,
si es que no algo más.
Menos mal a que los responsables del centro, más
concretamente su director, estuvieron listos y, a las
primeras de cambio, llamaron a Sanidad para que tomara
cartas en el asunto, que no parecía nada agradable para
nadie, especialmente para los niños.
¿De donde viene todo esto?. Ahora podemos hacer mil
elucubraciones y dudo que en ningún caso llegaremos a dar
con la verdadera tecla, pero es cierto que, el tiempo, con
temperaturas más altas de lo normal para esta época y la
escasez de lluvia pueden ayudar mucho, más de la cuenta, a
la propagación de estas “mini plagas”, pero puede haber algo
más, y a ciertos animales totalmente sueltos e incontrolados
me estoy refiriendo.
Porque parece que se ha apuntado que todo este problema
podría haberse dado por una gata que había parido en un
falso techo de las instalaciones, de una forma totalmente
incontrolada y de ahí la “visita” de esas pulgas.
Y una vez más estamos con los gatos, sueltos o abandonados,
que están merodeando por todas partes y que son los
causantes de estos desagradables hechos.
La actuación rápida, el haberlo detectado a tiempo y el
haber dado con la “tecla” es lo que ha permitido solucionar
un desagradable hecho, en muy poco tiempo.
Pero, con todo, no demos las situaciones por finalizadas y,
a partir de ahora, habrá que tener un mayor control, ahí
como en otros centros, “con permiso de la Sociedad
Protectora de Animales”, para no permitir que animales
sueltos y totalmente incontrolados recorran los centros o
sus inmediaciones, como si estuvieran en su propia casa.
Hasta ahora ha habido dos centros atacados por un mismo tipo
de “plagas”, con lo que la pregunta que sigue debe ser esta
¿Cuál será el siguiente?
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