No seré yo quien en mi
colaboración de hoy critique a quienes han expresado
libremente su rechazo al proyecto de rehabilitación de una
zona emblemática de la ciudad, el paseo de la Marina
Española, pero sí compartiré con ustedes algunas reflexiones
esenciales para comprender una actuación, que mejorará
sustancialmente una vía de comunicación, no solo vital para
la inmensa mayoría de ceutíes como tal, sino también como
zona de esparcimiento, que unos pocos obvian por razones
electoralistas. Por cierto, invertir en esta zona de la
ciudad es invertir, no solo por y para los ceutíes, sino por
y para los visitantes que eligen este lado del Estrecho como
destino turístico.
Jamás he comprendido a quienes han criticado y continúan
haciéndolo las inversiones ejecutadas en el centro de la
ciudad puesto que, es la zona más visitada y utilizada
porcentualmente por la inmensa mayoría de ceutíes. Por
mencionar solo algunos ejemplos: El Parque Marítimo del
Mediterráneo, con sus tres lagos y sus locales de
restauración y recreación o el parque urbano Juan Carlos I,
con sus múltiples pistas polideportivas, zonas de
esparcimiento y recinto ferial durante las Fiestas
Patronales. Por tanto, invertir en esta zona de la ciudad es
invertir, no solo por y para los ceutíes, sino por y para
los cientos de visitantes que eligen nuestra ciudad.
Los datos y las cifras desmienten a quienes afirman sin
pudor que los gobiernos del Partido Popular solo han
invertido en los últimos años en la zona centro de la
ciudad. Los últimos doce años han significado una inversión
en barriadas cercana a los doscientos treinta millones de
euros. A las numerosísimas actuaciones ejecutadas por los
cuatro Planes en Barriadas puestos en marcha, debemos añadir
los viales y las viviendas construidas o rehabilitadas, los
garajes subterráneos o en superficie incluidos en el Plan
Aparca y por supuesto, las zonas recreativas, deportivas y
de esparcimiento habilitadas para disfrute de todos los
vecinos, de todas las barriadas de la ciudad. No obstante,
hablar de puentes colgantes en tiempo de ajustes
presupuestarios en materias tan esenciales para la
ciudadanía como la educación o la sanidad es harina de otro
costal.
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