Los hosteleros de la ciudad se sienten perjudicados por
el horario de cierre establecido en la normativa de terrazas
y por ello van a iniciar una campaña de recogida de firmas
para ampliar el mismo hasta las dos de la mañana. Los
empresarios se reunieron ayer en la Cámara de Comercio para
buscar soluciones a problemas como las denuncias
“indiscriminadas” que están sufriendo y decidieron plantear
a la Ciudad la posibilidad de que aquellos que denuncien y
se demuestre que la terraza no es el elemento que produce el
ruido, sufraguen los gastos del informe medioambiental que
el hostelero debe presentar tras la denuncia.
En una ciudad sin industria, con una de las tasas de paro
más altas de Europa, y orientada al sector servicios, los
empresarios no entienden que se limite la actividad de las
terrazas con un horario que, para ellos, es restrictivo y
así lo transmite el presidente de la Cámara de Comercio,
Karim Bulaix. El organismo acogió ayer una reunión con parte
de los hosteleros afectados por la normativa de terrazas en
la que se acordó iniciar una recogida de firmas para ampliar
el horario de las terrazas hasta las dos de la mañana.
“Gran parte del tejido empresarial está orientado al sector
turístico”, recuerda Bulaix para hacer hincapié en que es
necesario dar un servicio de calidad para cuidar este tipo
de ingresos. Sin embargo, el presidente de la Cámara alerta
de que esto no se puede conseguir si hay que levantar una
mesa a las doce de la noche. “No tiene sentido”, asegura.
Los hosteleros están preocupados por unos horarios que no
entienden y que desde el primer momento han criticado como
escasos, según informa Bulaix para añadir: “Necesitamos un
horario de apertura más acorde con una ciudad turística”.
Denuncias indiscriminadas
Las denuncias indiscriminadas es otro de los problemas
graves que se les están planteando a los hosteleros con la
actual normativa de terrazas. Algunos ya han recibido
denuncias, incluso dentro de los horarios permitidos, que
aunque no tengan fundamento obligan a los empresarios a
elaborar un informe de impacto medioambiental para obtener
la licencia que están tramitando. Su coste oscila entre los
2.500 y los 3.000 euros. Si se demuestra que la terraza no
es elemento que provoca el ambiente ruidoso, el empresario
sigue haciendo frente al coste del informe y desde la Cámara
de Comercio van a proponer a Fomento que si se da este caso
sea el denunciante el que corra con el pago de dicho
informe. Con esta medida quieren evitar las denuncias
gratuitas que “perjudican al empresario”.
“Queremos evitar que el derecho a vivir tranquilo acabe
traduciéndose en denuncias indiscriminadas”, puntualiza
Bulaix que reitera la necesidad de plantear “un sistema
alternativo” para denunciar a las terrazas que no cumplan
con la normativa.
El Mesón Cinco de Oros es uno de los bares que ha recibido
una de estas denuncias “indiscriminadas”. Su propietario,
Antonio Fernández, explica que nunca había tenido queja de
los vecinos y que esta denuncia le ha supuesto un gran
perjuicio porque tendrá que desembolsar 2.500 euros para
realizar un informe de impacto medioambiental. La multa a la
que se enfrenta oscila entre los 20.000 y los 100.000 euros,
cantidad que Fernández reconoce que le obligaría a cerrar el
negocio. Este empresario no entiende por qué le denunciaron,
a pesar de que se encontraba en el horario permitido dentro
de la normativa y asegura que se encuentra en una zona que
ya es ruidosa de por sí. Y es que, Ceuta ya es una ciudad
con un nivel de ruido bastante elevado sin tener en cuenta
la actividad de las terrazas.
Menos mesas
Otro de los temores de los hosteleros es que cuando obtengan
la licencia de apertura de sus terrazas está se conceda para
un número inferior al que tienen. “La consejería ha
informado de que se otorgarán el 90% de las licencias
solicitadas, pero esto no satisface a los hosteleros porque
en las cinco que se han dado hasta ahora se ha reducido el
número de mesas”, explica Bulaix. Esto se traduce en que los
bares no tengan “la misma capacidad de negocio” y, en
algunos casos, también supone que estas empresas se vean
abocados a prescindir de trabajadores.
Desde la Cámara de Comercio muestran una oposición rotunda a
la posibilidad de que se impongan tasas por el
funcionamiento de las terrazas como así planteó Caballas en
el pleno de Presupuestos del pasado martes. Bulaix
manifiesta que si en los momento de bonanza económica no se
ha pagado nada, “no tiene sentido imponer tasas ahora que
las empresas están viviendo una situación de precariedad”.
No a las tasas
Bulaix reivindica que desde el Gobierno se pongan en marcha
medidas para facilitar la actividad de las terrazas y con
ellas la creación de puestos de trabajo, en lugar de poner
trabas. Mientras, sobre la alusión que hizo el diputado Juan
Luis Aróstegui sobre supuestos beneficios de la terraza del
Hotel Ulises, Bulaix, como propietario del establecimiento,
prefiere no hacer valoraciones de una cuestión que entiende
que sólo persigue intereses políticos. “Nosotros estamos
sólo para defender el interés de los hosteleros”.
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