El próximo domingo día 10 de Noviembre, a las 20`00 horas
tendrá lugar en el Santuario de Nuestra Patrona, la Solemne
Función, Conmemorativa del “LXVII Aniversario de la
Coronación Canónica de Santa María de África”.
Mucho se ha escrito sobre esta efeméride, pero no obstante
en esta ocasión vamos a profundizar sobre los orígenes de
las Coronaciones Canónicas Marianas y en una segunda parte
en particular de nuestra Titular.
La Coronación Canónica es uno de los ritos litúrgicos
católicos, instituido en el Siglo XVII e incorporado en el
siglo XIX a la liturgia romana usado para resaltar la
devoción por una advocación mariana y consiste en la
imposición de una corona o coronas al icono o imagen
escogida.
El origen de la ceremonia se encuentra en las predicaciones
del fraile capuchino Fray Jerónimo Paolucci, que vivió en el
siglo XVI, el cual durante su vida se dedicó a predicar y
realizar su labor pastoral por distintos lugares de Italia,
dando término a su predicación con la imposición de una
“Corona” a las distintas advocaciones. Recibió en apodo de
“Apóstol de la Madonna”.
Por otra parte el Conde Alejandro Sforza Pallavicino de
Piacenza, muy vinculado al Vaticano, al comenzar el siglo
XVII, se propuso fundar una obra para darle orden y realce
en todo el mundo a las coronaciones de la Virgen Santísima,
y guardar memoria en un registro que se abrió en la Basílica
de San Pedro de Roma.
Para ellos dispuso en su testamento una donación
considerable de sus bienes a la Reverenda Fábrica de San
Pedro en la Ciudad de Roma, con la condición que fueran
costeados con sus rentas estos actos y se promoviera la
coronación de las imágenes de María Santísima más venerada
por todo el mundo.
Al legar su fortuna el Conde Sforza, se estableció el
Capítulo de San Pedro, como el organismo competente para
conceder el rango de canónica a la coronación de una imagen
de la Santísima Virgen
El primer caso de “Coronación” sufragada por el Conde Sforza,
lo encontramos el 27 de Agosto de 1.631, cuando el venerable
Capítulo decidió colocar la diadema de oro a la imagen
pictórica de “Santa María della Febbre” venerada en una de
las Sacristías de San Pedro en la Ciudad Eterna. A los pocos
años de realizada el ceremonial tan lucido, este principal
propulsor de la Coronación Canónica de María en la Tierra,
falleció el 3 de Julio de 1.636..
Hasta el siglo XIX las coronaciones fueron fundamentalmente
en Italia ( en Roma hay más de 300). La coronación de Santa
María la Mayor de Roma, el 15 de Agosto de 1.837, marca el
inicio del mismo ritual para las coronaciones que se
llevarán a cabo en lo sucesivo. La inclusión del rito de la
Coronación Canónica en el Pontifical Romano en 1.897, hizo
que el rito se extendiera a todo el mundo católico.
A España no llega la Coronación Canónica hasta el último
cuarto del siglo XIX, como veremos en los primeros casos de
dicha concesión, para la Imagen de Nuestra Señora de la
Veruela en Aragón y Nuestra Señora de Montserrat, en
Cataluña, ambas en 1.881, después de estas Coronaciones, se
sucederán otras muchas por España y América Española.
El ritual de imposición de la Corona en las devotas imágenes
marianas permaneció, desde el siglo XVII hasta el XIX sin
variaciones, salvo en la elaboración de las “Coronas” en sus
respectivos lugares de veneración, y el requisito para
coronarse a una imagen mariana por lo mínimo debía tener 50
años de antigüedad.
En 1.981 se faculta a los Obispos Diocesanos para conferir
la Coronación de las imágenes que se veneren en sus
respectivas jurisdicciones, con ello quedan establecidas
tres clases de “Coronación:
Coronación Canónica Pontificia.- Que otorga la Santa Sede en
Roma, por la importancia que esta tiene, simplemente se le
considera como Canónica, y tiene mayor peso sobre sus
similares.
Coronación Canónica Diocesana.- Que otorga la Diócesis en
una ciudad o país. .-
Coronación Litúrgica.- Aquella que no necesita de permiso
alguno, que la realiza cualquier eclesiástico y puede llegar
a ser elevada al rango de Canónica Diocesana´
La sagrada imagen que ha sido postulada para recibir el
privilegio de la Coronación Canónica, debe de reunir los
siguientes requisitos, indispensables y debidamente
comprobados por el Obispo y Autoridad Eclesiástica:
- Antigüedad no menos de 50 años.- Se entiende que posea
valor artístico y cuya historia de encuentre debidamente
documentada.
- Gozar de probada devoción.- Desde sus inicios hasta su
estado actual.
- Comprobación de los favores concedidos por dicha Imagen y
la irradiación de su Culto.
Reunidos estos requisitos por dicha Imagen, esta
documentación deberá ser presentada por el Obispo, Dignidad
Eclesiástica o Superior de alguna Orden religiosa y pedida
expresamente por él, a ellos se unen los clamores de las
autoridades civiles, el pueblo católico de la localidad en
general, llegándose a formar un comité de laicos que
dedicará sus esfuerzos con este fin, así como las adhesiones
de los Gobernantes que será todo un homenaje a la Madre de
Dios.
Respecto al día en que la ceremonia debe realizarse, se
recomienda esta se efectúe dentro de alguna solemnidad o
fiesta de la Santísima Virgen. En algunos casos se hacen el
mismo día de la fiesta de la advocación que la imagen posee
y va a ser coronada. A ello habría que añadir que no se debe
realizar en las granes solemnidades de Nuestro Señor, ni en
días de carácter penitencial, ello comprende la cuaresma y
Semana Santa.
Cabe reseñar que el Ritual de la Coronación establece
celebrar la Misa de Santa María Reina, o la que corresponda
a dicha imagen que cuente con oficio propio; así mismo las
vestimentas que han de usar los celebrantes deberán ser de
color blanco, festivos, a no ser que se prefiera otro por
diversos motivos.
Para llevar a cabo la Coronación su Santidad el Papa, envía
un Delegado Pontificio para la Coronación de la Imagen desde
Roma, aunque también suele delegar a los Nuncios Apostólicos
y los Arzobispos u Obispos.
En cuanto a la Corona su hechura, el material en que debe
realizarse es en oro puro.
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