Los famosos quioscos de bocadillos y sus terrazas están
al margen de la ley. A pesar de que la Ciudad Autónoma
elaboró dos normativas durante 2012 sobre terrazas, no
incluyó este tipo de locales, que a pesar de no contar con
un recinto al uso, siguen siendo establecimientos hosteleros
y así lo entienden los empresarios, que se ven en desventaja
respecto a los quioscos. Estos últimos no pueden tener
licencia de apertura y tampoco se les puede cerrar la
terraza. La consejera de Fomento, Susana Román, se ha
comprometido a elaborar una normativa de forma inmediata
para regularizar esta situación.
Después de dos ordenanzas reguladoras de la instalación de
terrazas en menos de un año, Fomento se olvidó de introducir
a los quioscos. Los establecimientos de bocadillos que a lo
largo y ancho de la ciudad tienen sus mesas en plazas,
aceras y cualquier rincón de paso, se encuentran en un limbo
alegal que no les impide tener terraza, pero que tampoco les
deja solicitar una licencia. Para los hosteleros está es una
situación “injusta” y así lo han denunciado algunos
empresarios a EL PUEBLO.
La Consejera de Fomento, Susana Román, se reunió ayer con
los hosteleros para abordar los problemas de la ordenanza de
terrazas e informarles sobre cómo se encuentran los procesos
para otorgar las licencias. En este encuentro, Román se
comprometió a hacer una normativa sobre quioscos de
inmediato, ya que estos también son establecimientos
hosteleros.
Román les explicó a los representantes de los hosteleros que
hasta la fecha se han presentado 90 solicitudes de terrazas,
treinta más que con la anterior normativa. No obstante, los
datos que manejan los organismos empresariales apuntan a que
en la ciudad existen en torno a 150 terrazas. Por ello,
desde la Consejería se han comprometido a crear un grupo de
trabajo que realice un censo actualizado de terrazas e
informe a las que no hayan solicitado la licencia de
funcionamiento para que lo hagan antes de que termine el
plazo.
De momento, se han otorgado cinco licencias y se han
denegado cuatro. El resto está en trámite, y a la espera de
que los informes sean más ágiles. No obstante, los
empresarios confían en que a final de año estén todas las
terrazas regularizadas y las licencias hayan llegado a
tiempo para evitar multas.
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