La actuación de la patrullera
marroquí el pasado domingo, tiroteando a una embarcación con
cuatro tripulantes de La Línea en aguas de Rincón D´Diq está
siendo motivo de investigación bilateral, por parte de las
autoridades españolas y las marroquíes. Versión
proporcionada por el ministro español de Asuntos Exteriores
y Cooperación, Manuel García Margallo, quien tras hablar con
su homólogo, advierte que pronto se conocerá el resultado de
las pesquisas sobre este asunto. Un tema que, en principio,
lo que se advierte es que una embarcación “sospechosa” para
las autoridades marroquíes, al no respetar el alto que se le
hace, emprende la huída por la zona costera en dirección a
Ceuta. Sin embargo, no parece justificado que sean razones
suficientes como para tirar a matar, en vez de recurrir a
otros métodos menos fulminantes y, desde luego, bastante más
humanitarios. El que huye, no siempre es presunto culpable.
Las huidas, en todos los casos no están justificadas por la
ilegalidad o la delincuencia; también pueden ser motivo de
temor, incertidumbre, o recelo, por lo que no hay que tener
fijación por “los hombres muertos”, por el simple hecho de
la huida. Y aún en el supuesto que el “leit motiv” de la
embarcación sospechosa fueran prácticas de narcotráfico,
tampoco parece prudente arremeter sin comtemplaciones (y
desconociendo las motivaciones de la huida), contra sus
ocupantes, en un tiroteo de cacería contra quienes no usaban
armas y, por tanto, tampoco podían repeler la agresión.
Bien hacen las diplomacias de ambos países en esclarecer los
extremos de este suceso, porque en Melilla ya se dió otro
similar con resultado de muerte y no es cuestión que todo el
que vaya en una embarcación sea presunto sospechoso y
tiroteado.
|