La intermitencia de paso de mercancías impuesto por las
autoridades fronterizas de Marruecos, con cierres que
llegaron a casi las dos horas, provocaron un verdadero caos,
primero en la zona de paso del Biutz, y luego en la frontera
de El Tarajal. Los agentes de la Unidad de Intervención
Policial del CNP tuvieron que dispersar a los porteadores
usando sus defensas y, según testigos presenciales,
disparando bolas de goma. Los marroquíes, portando en sus
espaldas enormes cargas, se dirigieron hasta la frontera,
lugar en el que los agentes de la Guardia Civil se tuvieron
que emplear a fondo para evitar problemas graves.
Fueron muchos los porteadores que ayer se dieron cita en el
polígono de El Tarajal y ello tiene su lógica; primero por
que era lunes y segundo, por que ya ha finalizado la fiesta
del Borrego.
Las calles del polígono estaban prácticamente intransitables
y los porteadores se agolpaban para pasar por el Biutz sus
mercancías con destino a Marruecos.
El primer problema del día surgió cuando las autoridades
marroquíes cerraron el paso de entrada de mercancías al país
vecino en el periodo comprendido entre las nueve y las once
y media de la mañana, lo que provocó que los porteadores
comenzasen a concentrarse en la zona aledañas al paso del
Biutz.
Tras el parón, los marroquíes decidieron abrir el paso de
una forma intermitente, lo que conllevó que las colas
comenzarán a andar con lentitud y los porteadores, a duras
penas, lograban realizar sus labores. Sobre las doce y media
de la mañana llegaron los primeros problemas.
Con media hora nada más para el cierre del paso del Biutz,
los nervios comenzaron a aflorar y eran muchas las personas
que comenzaron a agolparse en la zona, según explicaron a
este diario testigos presenciales y comerciantes de las
zonas cercanas.
Los problemas no tardaron en llegar, y sobre las doce y
media de la mañana, los agentes de la Unidad de Intervención
Policial de la Policía Nacional se vieron obligadas a tener
que intervenir para dispersar al contingente de personas que
se había acumulado en la zona.
Los agentes tuvieron que emplear material antidisturbio con
los concentrados, viviéndose momentos de mucha tensión.
Un caso curioso fue el de una ceutí que iba a bordo de su
vehículo y que fue, según relataron testigos presenciales,
golpeada por la Policía y luego detenida.
A la una, el paso del Biutz echó el cierre, pero el problema
se tornó grave, ya que había muchas personas que permanecían
en el lugar cargada de bultos que no habían podido atravesar
al vecino país debido a la intermitencia del paso impuesto
por las autoridades marroquíes.
Tras un compás de espera, los porteadores que no habían
podido atravesar el paso decidieron ir con sus mercancías
hacia la frontera.
Aquí llegó el problema más serio. Cientos de porteadores se
concentraron en los aledaños de paso fronterizo en su
intento de llevar a cabo sus labores, que estaban
encaminadas a no perder su día de trabajo y, por tanto, sus
jornales.
Según pudo conocer este periódico, todo apunta a que el
responsable español de la frontera se negaba a que
circulasen mercancías por este paso, ya que normalmente se
hace por el Biutz. La concentración de porteadores
marroquíes fue “in crescendo” y los agentes de la Guardia
Civil y algunos de la Policía Local trataban de poner orden
como podían, ya que las personas cargadas de bultos pasaban
y cruzaban y corrían el peligro de ser atropelladas,
incluso, por los vehículos que circulaban en dirección a
Marruecos.
Ya sobre las dos y media de la tarde, la situación comenzó a
tornarse insostenible y los agentes de la Guardia Civil
tuvieron que comenzar a emplearse para conseguir poner orden
en la zona.
Los porteadores fueron conducidos a una puerta que
continuaba en una manga en la que apenas podían pasar con
sus cargas y la circulación se tornaba lenta.
Mientras, los agentes de la Benemérita trataban de poner
orden en lo que empezaba a convertirse en un caos, evitando
de esa manera que se produjese una avalancha de porteadores
que hubiera tenido algunas consecuencias.
En un momento se unieron a los guardias civiles agentes de
la Unidad de Intervención Policial del CNP, aunque mientras
los de la Benemérita se empleaban a fondo, los de la UIP
solo miraban atentos.
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