Pero antes de comenzar, permítanme
refrescarles su memoria con algunas cifras reveladoras. El
partido socialista alcanzó el Gobierno de España en
inmejorables circunstancias económicas, 20 mil millones de
superávit, para siete años después dilapidar la herencia
recibida y dejarnos en la mayor ruina, 320 mil millones de
déficit público. Sin ninguna duda, las promesas
electoralistas planteadas por el “progresismo” español de
Zapatero y Rubalcaba posibilitaron su triunfo electoral,
pero costaron a los españoles medio billón de euros que han
dejado hipotecadas a cuatro generaciones de españoles.
La presentación el pasado lunes del proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado demuestra, que existe otra
forma de hacer política. Unas cuentas públicas que
incrementan las pensiones, potencian las contrataciones y
las bonificaciones a emprendedores, no suben los impuestos y
luchan contra la elevada deuda pública, que no debemos
olvidar fue generada por el “progresismo” español. Por
tanto, un documento con un marcado carácter social, puesto
que apuestan por unas finanzas públicas saneadas como única
garantía del bienestar de todos los españoles a diferencia
de las planteadas por los gobiernos anteriores.
Por cierto, gobiernos “progresistas” que a pesar de
abocarnos a las peores cifras macroeconómicas de nuestra
historia democrática, se permiten ahora criticar a quienes
ofrecen indicios reales de recuperación. Por poner un solo
ejemplo, las cifras del desempleo, a pesar de no ser buenas,
han descendido por sexto mes consecutivo, lo que no sucedía
desde 2007. En definitiva, el borrador de los Presupuestos
Generales del Estado son los de la recuperación económica,
pues estima un crecimiento para el próximo ejercicio de un
0,7% y además, plantea la creación de 20.000 empleos
directos en términos de la Encuesta de Población Activa a
pesar de las cifras conocidas para el mes de septiembre.
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