Una vecina de Hadú ha denunciado que le han vallado el
acceso a su garaje, al que ya no puede acceder. Isabel
Fuentes construyó, junto a su marido, este aparcamiento en
la parte posterior de su vivienda en 1974 y ahora se lo han
vallado sin previo aviso para explotar la explanada por la
que se accede al garaje, en la calle Nicaragua. Isabel
critica que la Ciudad no se haga responsable y que el
empresario que alquila plazas de aparcamiento tampoco. Esta
mujer reclama una solución inmediata después de haber
sufrido otros problemas como la sustracción de agua por
valor de 2.000 euros que tuvo que sufragar hace dos años.
Una vecina de Hadú ha denunciado que el empresario que
explota la explanada de Huerta Paneque como aparcamiento ha
instalado una verja que le impide acceder libremente a su
garaje, cuya entrada se encuentra en la parte de atrás de la
Avenida Teniente Coronel Gautier. Isabel Fuentes, a sus casi
75 años, se ha encontrado con que le han cerrado el paso a
los dos garajes que tiene en la barriada San José. Para
acceder a ellos, se entra por la calle Nicaragua, entre la
sucursal de Bankia y la tienda de artículos multiprecio. Es
una calle sin salida, que da a una explanada, la antigua
Huerta Paneque y donde hasta hace poco se podía aparcar.
En la actualidad esta zona se ha cerrado para alquilar
plazas de aparcamiento y sólo tienen acceso los clientes,
que cuentan con una llave de la verja. Sin embargo, nadie se
ha puesto en contacto con Isabel para ofrecerle una llave
que le permita entrar a su propiedad.
Este local fue construido en 1974, cuando el marido de
Isabel solicitó un permiso al ayuntamiento para hacer un
garaje en la parte posterior de su vivienda, que hasta ese
momento había sido un patio. Esta vecina de Hadú había
heredado la vivienda de sus padres y no tuvo ningún problema
para hacer el garaje, ya que en todos los planos figuraba la
calle que siempre se ha encontrado en la parte posterior a
la avenida principal de la barriada.
Dos vados a las puertas
Isabel y su marido construyeron dos garajes con sus
respectivos accesos y posteriormente hicieron obras, con el
permiso correspondiente, sobre los locales para cerrarlos y
que no entraran a su vivienda a robar, como había sucedido
en varias ocasiones. Esta mujer explica que solicitaron dos
vados, pero que finalmente tuvieron que retirar uno de ellos
porque les aparcaban continuamente en la puerta y tras
llamar a la grúa, los denunciados arremetían contra las
puertas de los garajes. “Hemos cambiado hasta tres veces las
puertas”, cuenta.
Pero los problemas de Isabel no terminaron ahí. En los
últimos años, esta mujer había alquilado los garajes, pero
al colocar una verja en el acceso le es imposible volver a
hacerlo. Ella ha ido al Ayuntamiento y le dicen que la
solución pasa por la persona que explota la zona como un
aparcamiento. Mientras, en el solar la remiten al
Ayuntamiento porque dicen que la propiedad es de la Ciudad,
que ha hecho un convenio con el empresario. Y al final,
nadie le da una solución a esta mujer.
Además de los problemas con sus garajes, Isabel también ha
sufrido desperfectos en la vivienda provocados por las obras
que se llevaron a cabo hace cuatro años en un edificio que
construyeron al lado. “Pusieron los andamios encima del
tejado y al final se agrietó todo”, manifiesta para explicar
como el empresario se comprometió a arreglar los
desperfectos. Pero, a día de hoy, nadie se ha puesto en
contacto con ella.
Robo de agua
A raíz de esta obra, Isabel recibió hace dos años una
factura de agua por un valor superior a 2.000 euros. Ella la
pagó pensando que se esta produciendo una fuga, pero al ir
los técnicos de Acemsa hasta su propiedad comprobaron que le
habían estado robando el agua desde la obra. La goma con la
que desviaban el agua todavía se puede ver colgando en la
fachada del garaje de Isabel. Sin embargo, el responsable de
la obra no se ha hecho cargo ni de estos gastos ni de
arreglar la casa de Isabel. Mientras, la Ciudad hace oídos
sordos a las reclamaciones que ha hecho esta ceutí.
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