Diwali suele caer en el mes de Kartik (octubre/noviembre) el
día de Krishna Amavasya, es decir, el día de luna nueva.
Este año 2103, el día principal es el 3 de noviembre (aunque
la festividad comenzó el 31 de octubre). Se considera ésta
la noche más oscura del año. Diwali o Dipavali significa
“una hilera de luces”. Se conmemora el retorno del Señor
Rama a su reino de Ayodhya después de haber cumplido catorce
años de destierro y haber recuperado a su esposa Sita, que
fue raptada por el demonio Ravana. Para dar la bienvenida a
Rama y Sita, los habitantes de Ayodhya les recibieron con
dipas (lamparillas de aceite) y flores, ahí se originó el
nombre de Dipavali. La festividad de Diwali se prolonga
durante tres días (en algunas regiones de la India dura
cinco días), en los cuales se realizan ofrendas a Sita y
Rama. En el Sur de la India, esta festividad esta asociada
con el Señor Krishna quien mato al demonio Denukasura y
liberó a las miles de princesas que este tenía cautivas. La
fiesta de Diwali también está asociada con Lakshmi Devi, la
Diosa de la Fortuna. Se cree que la riqueza (Lakshmi) no
entrará en la casa si ésta se encuentra a oscuras, por eso
se encienden lamparillas de aceite para dar la bienvenida al
Señor Rama y atraer a Lakshmi Devi.
En el noroeste de la India, es el tiempo de cerrar los
libros de contabilidad y empezar un nuevo año comercial. Es
tradicional hacer regalos de oro y plata, así como dar
caridad a los necesitados y estrenar alguna prenda de
vestir. Es allí donde también se realizan elaborados fuegos
artificiales y reina un ambiente festivo en la calle.
Este año el muhurta o tiempo propicio para realizar las
ceremonias de Diwali son desde las 18.05 hasta las 20.50
horas, según los cálculos astrológicos específicos para
nuestra ciudad.
La festividad de Diwali es muchas veces confundida con el
año nuevo hindú, pero no es así, en la India los seguidores
del Sanatan Dharma o Hinduismo celebran el año nuevo durante
el mes de Chaitra (equivalente a marzo/abril). El año hindú
en el que nos encontramos es el Yugabda 5114 y cada año
tiene una temática o lema, este año es Vijaya que significa
el año de la “victoria”. Si quisiéramos hacer un estudio
comparativo con otras tradiciones religiosas, podríamos
decir que Diwali equivale a las Navidades cristianas.
Mientras que en el cristianismo se celebra el nacimiento de
Jesús, los hindúes durante la festividad de Diwali
celebramos el regreso de Dios en su forma de Sri Rama. Bien,
la pregunta podría ser ¿entonces por que se dice que
entramos en el año tal o celebramos el año…? En la India
existen varios calendarios religiosos, uno de ellos es el
Vikrama Samvat seguido especialmente en el noroeste del
país. Este calendario se instauró cuando subió al trono, el
rey Vikramaditya de Ujjain en el año 57 antes de la Era
Común. Este rey además de un gran regente siguió el ejemplo
que miles de años antes había hecho Sri Rama: ser un rey
ejemplar en su comportamiento personal, cuidar de sus
súbditos, ser un esposo e hijo ideal y mantuvo gran parte de
la India unida bajo su corona. La coronación de Vikramaditya
ocurrió el día de Diwali, y no es que la fecha fue elegida
al azar sino que fue señalada previamente por los brahmanes
o sacerdotes consejeros del rey, que consideraron que esta
era la fecha más propicia para comenzar su reinado. Entonces
a partir de aquel día todos los Diwalis no sólo se celebra
el regreso del Señor Rama después de 14 años de destierro,
sino que se celebra la coronación de Vikramaditya en el año
57 antes EC. Este año entramos en el 2070 de la Era Vikrama.
Lakshmi, Diosa de la Fortuna y el Amor
No existen templos dedicados exclusivamente a la adoración
de Lakshmi. Por lo general se la adora como esposa de Vishnu
ya sea en el mismo altar o en otro lugar del templo. Sus
devotos la adoran en los hogares y la mayoría de los hindúes
tienen una foto suya en los altares de sus casas o negocios.
Durante el Diwali se realizan ofrendas de frutas y dulces a
Lakshmi para propiciar su llegada a los hogares y tiendas.
Lakshmi además de ser la diosa de la fortuna y el amor, es
la protectora y el ejemplo a seguir de la mujer hindú.
Las Enseñanzas del Ramayana y su simbología en Diwali
Como diría el gran maestro Swami Prabhupada: “devoción sin
filosofía es fanatismo y sentimentalismo, y la filosofía sin
devoción es una especulación árida”. Hay que tratar de
alcanzar y mantener el equilibrio entre la vida material y
espiritual, y vivir de acuerdo a unos valores morales que se
han transmitido de forma oral y más tarde por escrito, donde
Sri Rama nos enseña con su propio ejemplo.
Sri Rama es Dios encarnado, la séptima encarnación de Vishnu.
Quien decidió volverse humano y durante un tiempo olvidar su
divina identidad. Por recuperar a su esposa Sita, tuvo que
luchar muchas batallas y enfrentarse a muchos demonios. Los
viajes de Rama también son un reflejo del viaje que cada
alma hace. Al igual que Rama, nosotros sufrimos en nuestras
propias vidas: pérdidas, desilusiones, destierros y a veces
también aceptamos que a través de estas experiencias podemos
redimirnos y mejorar como personas. Las penurias que sufre
Rama, de una forma también son las nuestras, aunque las de
Él son en un contexto divino.
El tema principal del Ramayana es la eterna lucha del bien y
el mal, la luz y la oscuridad, y las consecuencias de
nuestros actos pasados. En el Ramayana nos encontramos con
el sacrificio de la libertad en nombre del deber y el honor.
El amor además de un sentimiento, demanda de un servicio, la
devoción de Rama por Sita y de esta por Rama, por sus
súbditos, por su padre. El amor trasciende status sociales,
razas e incluso especies, el devoto más grande de Rama, es
un mono llamado Hanuman, símbolo de la devoción eterna y
entrega total al supremo. En el Ramayana también nos
encontramos con el ejemplo de la vida sencilla en el bosque
y los primeros pasos de la ecología, “vida sencilla con
pensamiento elevado” donde Sri Rama se adapta a la nueva
situación de vivir en el bosque a pesar de ser un príncipe.
El sufrimiento de Sita la consorte eterna de Rama, y una
encarnación de Lakshmi la Diosa de la Fortuna, es debido a
que se encuentra separa de su Señor. Por eso los grandes
maestros espirituales recomiendan, que siempre a Dios se le
adore junto a su consorte, junto a su energía femenina en
las formas de Lakshmi-Narayana, Sita-Rama y Radha-Krishna.
El demonio Ravana trató de disfrutar de la Diosa de la
Fortuna, sin su esposo y como consecuencia le vino la
muerte, desgracia y ruina de su pueblo. Si hoy estrenamos
prendas de vestir, es porque los habitantes de Ayodhya así
lo hicieron para recibir a Sri Sita Rama. Si nos ponemos
nuestras mejores joyas, es porque vamos a recibir a Dios, no
para lucirnos o competir con otras personas. Los habitantes
ricos de Ayodhya estando muy felices por el retorno del
Señor, dieron caridad a los necesitados, este ejemplo
deberían de seguir los más beneficiados materialmente. Y que
cuando invoquen a Lakshmi recordemos que no es solamente la
Diosa de la Fortuna material sino también de la riqueza
espiritual que es la que realmente perdura, y no olvidemos
que Lakshmi es la Diosa del Amor.
La desacralización de Diwali
Desgraciadamente con el paso de los años, los ideales y
motivos de la festividad de Diwali se van diluyendo, y lo
que era una celebración inminentemente espiritual, llena de
colorido y luz, sana alegría, rituales, cantos devocionales
e intercambios de regalos y dulces. Ha pasado a ser una
fiesta comercial, donde la importancia material de los
regalos, a ver quien estrena el vestido más caro, y quien
bebe más alcohol han pasado a tomar un lugar prominente,
desplazando el verdadero Diwali a un plano secundario.
Creyendo en los seres de buena fe, deseo que este Diwali,
sea el año que invitemos en nuestras vidas a la pareja
divina Sita Rama, y que podamos ser buenas personas y buenos
hindúes todo el año, y no sólo en Diwali. Ser hindú es un
estado de conciencia y una práctica de regulaciones, una
forma de vida, ser hindú no es ni una raza ni una
nacionalidad, hay que ser hindú todo el año. El firmante de
este artículo lleva difundiendo la cultura y enseñanzas del
hinduismo de forma continua desde hace más de 25 años. En el
año 2010 y 2011, el autor de este articulo junto a la
Asociación Dharma Yoga celebro para el disfrute del pueblo
de Ceuta, dos festivales de Diwali, que han pasado a la
historia por su calidad cultural, espiritual y de capacidad
organizativa. Otros simplemente, año tras año se dedican a
adular a la clase política gobernante y obtener subvenciones
sin claro destino y réditos personales, sin tener en cuenta
que la cultura hindú debe de ser compartida tal y como es,
con to dos los ciudadanos sin distinción alguna. El remate
final de este año es que se permiten cambiar y alterar
fechas a su conveniencia, sin tener en cuenta las
escrituras, los maestros y la astrología que rige el
calendario religioso hindú, basado en ciclos lunares. Es mi
deseo que los hindúes de bien despierten del letargo, apatía
y desidia en la que se encuentran, y como el guerrero Arjuna
se levanten y luchen por el dharma y el buen nombre del
hinduismo en nuestra ciudad, desligándose de cantamañanas,
iluminados por internet, traidores y trepas aprovechados que
lo único que pretenden es confundir al hindú, al ciudadano
de a pie y a nuestros gobernantes.
Que la pareja divina Sri Sita Rama les bendiga a todos sin
excepción.
SHUBH DIWALI, FELIZ DIWALI
*Juan Carlos Ramchandani (Krishna Kripa Dasa) es sacerdote
hindú, Doctor en filosofía tradicional hindú, maestro de
yoga y autor de 12 libros y numerosos artículos. Para más
información puede visitar su blog: http://jcramchandani.blogspot.com.es/
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