Juan Vivas busca un claro fin electoral: preocupado por la
pérdida de votos en las últimas elecciones municipales en
general (cerca de 3.000) y especialmente en la zona centro
con un electorado afín y propicio del Partido Popular, se
embarca ahora en un propósito descabellado con más 5
millones de euros de por medio, olvidándose de planes de
austeridad o sostenibilidad, y tirando por el camino de en
medio (como diría un castizo), sin importarle lo que piense
la ciudadanía y a sabiendas de que ésta es una obra
innecesaria en la actual coyuntura económica.
El descenso de votos no es cuestión de obras y sí de
comportamientos, poco importa el impresionismo, lo
impactante de un presidente en cuestión de inversión, los
ciudadanos se fijan mucho más en el día a día, en lo
cercano, en lo próximo y esto, en barriadas, es un fiasco.
Por ello, ni las obras faraónicas ni los monumentos
gigantescos, van a suponer un cheque en blanco para
“recaudar” o recuperar votos. ¿Ha creído Vivas o el Partido
Popular que el “atraco” a los bolsillos de empleados
públicos no va a tener un muy elevado coste político? ¿Ha
creído Vivas y el PP que los “recortes” en los salarios de
los 2.500 empleados públicos del Ayuntamiento y empresas
municipales es mera anécdota a olvidar en 2015?
Si es que piensa, realmente, que llegados a las elecciones
de 2015, nada de estas circunstancias influirán, es que está
en otro mundo: en el de Yuppi. Una vez que ha perdido él
también su carisma de persona respetable, cordial, amable y
tras sacar su verdadera cara en más de una actuación, poco
le queda a lo que agarrarse. Y quiere hacerlo, a la
desesperada, en una obra en la que pueda colocar su placa,
en la que perpetuarse y, quien sabe (debe pensar), obtener
rédito político.
En el Partido Popular muy pocos (por no decir nadie),
comulgan con estas ideas tan estrambóticas al uso como la de
la remodelación de la Marina. Otra cosa será que en público
se manifiesten, que no lo hacen, porque el miedo el libre y
siempre se temen las represalias de quien maneja muchos
hilos para dañar a quien tenga la osadía de enfrentarse a él
en público. De todas formas, que no se fie de los corifeos
porque en la antigua Roma, ya conocimos traiciones
históricas y en un partido político, los enredos
“palaciegos” y el cainismo, son monedas de uso frecuente que
ha dejado a muchísimos cadáveres por el camino o en los
armarios.
Vivas, por ejemplo, ya que nos encontramos en la reciente
Noche de Halloween, sabe mucho de difuntos, de disfraces, de
historias de miedo y, naturalmente, de truco o trato. ¿O
alguien ha pensado que anunció hace más de 15 días su
candidatura por gusto? Obedecía a una razón clara: quiso
exponer abiertamente en la sede de su partido, ante cuatro
militantes, un “aquí estoy yo” para quien osara sacar la
cabeza o menearse. Ha sido la candidatura más madrugadora,
pionera, anticipada en el tiempo.
Alfonso Guerra, al menos, decía con toda claridad que “quien
se menee no sale en la foto”, pero Juan Vivas, mucho más
sibilino, no lo dice pero lo piensa y lo hace. Sin embargo,
si hablas con algunos del Partido Popular, bien que te dicen
a resultas de ese anuncio tan prematuro: “De aquí a 2015
falta mucho y pueden pasar muchas cosas”. Como dando a
entender, que también puede esperarle alguna sorpresa a Juan
Vivas. De ahí lo de truco o trato.
De cara al posible “chanchulleo” en los trámites de la
adjudicación habrá que estar muy atentos, porque las
características que se han hecho públicas sobre las
condiciones que ha de reunir una posible adjudicataria, deja
una puerta muy abierta que obliga a estar muy atentos.
Veremos quien intenta “sacar tajada” en este asunto de la
remodelación de la Marina, que parece un bizcocho para Juan
Vivas y un caramelo envenenado para todos aquéllos que se
oponen: desde los presidentes de barriadas, a los militantes
del PP cuando se pronuncian en privado, y a cualquier
persona sensata, a cuya inteligencia se insulta cuando desde
el Gobierno se recurre al cumplimiento de una Sentencia
judicial, cuando ésta, sólo obliga a la impermeabilización
de los garajes que supone no los más de 5 millones que
supondría la obra en su totalidad.
Tiempo habrá de ir haciendo el seguimiento a los componentes
técnicos, políticos y de otro tipo. Aquí hay mucha tela que
cortar.
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