Hace ya la tira de años uno de mis
artículos fué la IRA Y CABREO de todo el gremio de
pensionistas y jubilados , cuando me entró el cabreo por
algunos comportamientos extraños en LA MEJILLONA y mientras
las Agrupaciones se desgañitaban con los pasodobles y
cuplés, algunos mayores se empleaban a fondo para a base de
codazos se iban peleando por trincar los platos de
MEJILLONES.
ANCIANO , no es una persona de setenta años , yo la
considero la persona que llega al umbral de los ochenta y de
ahí si ha llegado uno en buenas condiciones mentales y luego
físicas, todo lo que llegue aunque sea cuesta abajo,
bienvenido sea.
Hoy he contemplado un abuelo que no le dejaba el coche a su
nieto, se montó en la calle DAOIZ un cacao de espanto, con
la intervención de efectivos de la POLICIA LOCAL, y el
abuelo con un chandal igual que el mio, manda huevos la
cosa... no le arrancaba el monovolumen , pero no se daba
cuenta que le llegaba la hora del relevo.. en la pericia de
un tio joven , SU NIETO.
Los abuelos que son ahora los sostenes y viveros de los
hijos y de los nietos, son los paños de lágrimas y
confidentes al ecuador de nuestras vidas, siembran y recogen
para que siempre les tengamos que rendir honores.
ATRINCHERADA, me comentan del HOGAR DEL JUBILADO DEL
POLIGONO , donde se han efectuado unos concursos y juegos
del mayor, con la participación de todos los interesados en
el mismo así como la colaboración de mi madre, que siendo
pensionista y viuda , sigue derrochando entusiasmo y
vitalidad dando todo lo que puede sus ganas para prestar su
apoyo a las personas mucho mas mayores, en las excursiones y
viajes, así como las atenciones en la tramitación de
PAPELES, AYUDAS y SERVICIOS.
Y se montó el pollo, la gorda y se lió parda, una usuaria
del Hogar, C.E. no aceptó las normas del concurso y mucho
menos las bases del mismo, y al ver el resultado del
GANADOR-A DEL CONCURSO, me recordó a la escena de OCTOPUSSY,
que espetando que LOS DADOS ESTABAN TRUCADOS...
Nunca me imaginé que aquello desembocara en el gentucerío,
siempre me he imaginado los abuelitos con esas miradas
tristes y emotivas, y esas caras llenas de ternura, con sus
arrugas y pliegues de experiencias en su piel.
Pero me duele ver a mi madre en un estado de shock, con
ayuda de atención médica y sufriendo que se metan con la
RAZA de mi padre, que sufra el desprecio de una persona que
no atienda a razones, y maldice a toda persona viviente que
pasa a su alrededor.
Le dije a mi madre que no sé que me esperaría a mi, al
llegar a la franja de los setenta y ochenta años y si
aquello se había convertido en LA LEY DEL LEJANO OESTE , a
lo que le comenté a mi madre que quizá no merecía la pena,
que lo mejor era pegarse un descanso sabático , o la
disolución y CIERRE DEL HOGAR, por prescripción facultativa
, no vaya a ser que al final tenga la culpa yo, por volver a
escribir otra vez de las RIÑAS CHOCHESCAS.
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