Parece que esta situación, la de
ver, con frecuencia, atracados en el Muelle España, cruceros
de medio mundo, va en serio, cosa que celebramos.
Es lo mínimo que podemos desear a la Ciudad, que esta venida
de los cruceros y permanecer aquí unas cuantas horas, no sea
cosa de unos meses, o unos años, para luego, como con tantas
otras cosas ha ocurrido, olvidarse de tal invento.
El pasado jueves, con buen tiempo, por otra parte, hacía
escala, aquí en el Puerto de Ceuta, el crucero Adonia, con
más de un millar de pasajeros, turistas ingleses, que se
dejaron ver no sólo por las calles de la ciudad, sino
también en establecimientos de Ceuta, cosa normal, desde
luego, cuando se llega a una ciudad desconocida, de la que
uno quiere llevarse algún tipo de recuerdo y junto a ese
recuerdo algunas otras cosas de más utilidad.
Además, el buen tiempo del jueves en Ceuta, hizo que los
turistas, sin ningún tipo de dificultades, pudieron
recorrer, en todas las direcciones, la ciudad y como en esta
ocasión, cosa que no ocurre otras veces, el comercio estaba
abierto, nadie tuvo dificultades para hacer las compras que
deseaba o poderse tomar el café o lo que más le apeteciera,
en los bares que encontraban en sus recorridos.
Terminaba octubre, pues, con esta escala en Ceuta y parece
que no le va a ir a la zaga el recién comenzado noviembre,
que el próximo día 5 recibirá otro crucero más, el Tere
Moana, éste parece que con bastantes menos pasajeros, pero
todo viene bien, en estas épocas en las que el comercio está
por los suelos, y en las que las visitas son las
imprescindibles y sólo en determinadas fechas.
Durante unas ocho horas, el centro del día, estuvo el
crucero Adonia en Ceuta, un barco de auténtico lujo, con
turistas de la Gran Bretaña y con la tripulación de diversas
nacionalidades, no tan sólo de Inglaterra.
Y hemos hablado de visitas de compras pero, en estas
escalas, muchos de ellos buscan otras cosas y no eso que se
puede encontrar en todas las ciudades, casi por igual, por
tanto hubo turistas que buscaban, también, esos rincones que
son propios y únicos de un determinado pueblo o de una
determinada ciudad, y esos rincones especiales se fueron en
las cámaras de los ingleses y, con seguridad, van a pervivir
mucho más tiempo que las ropas o los regalos que otros
compraron en Ceuta.
Luz, colorido y buena acogida fueron los elementos que
quedan en la mente y en el recuerdo de esos ingleses que
pudieron pasear por el Revellín, por el Paseo de las
Palmeras, por la Gran Vía o por La Marina.
Y ahora que, en repetidas ocasiones, venimos diciendo que
hay determinadas instituciones oficiales de Ceuta, a las que
se les han marchitado ya las ideas y la actividad, también
tenemos que decir que la Autoridad Portuaria sigue su
actividad, mira y ve lo que puede ser interesante y es
posible para su actividad, por lo que sigue buscando todo
aquello que aporte algo positivo para Ceuta.
El martes, día 5 de noviembre, un pequeño buque permanecerá
en Ceuta trece horas, desde las ocho de la mañana, casi al
amanecer, hasta ya entrada la noche, a las nueve de la tarde
– noche, y con 160 personas, casi todos ellos turistas
ingleses.
La ciudad de Ceuta, por tanto, ha entrado en la rueda esa de
las rutas turísticas y ya veremos, a lo largo de los meses,
si esto empieza a ser una fuente de ingresos que se vaya
dejando notar, no tardando mucho, en la Ciudad.
De momento es lo que hay, y si a los que vienen de Marruecos
se les unen estos otros que llegan por mar, bien venidos
sean todos ellos.
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