La nueva presencia de sirios en
nuestra ciudad, huyendo del drama de la guerra en su país de
origen, provoca un riesgo añadido: el anuncio de la
Organización Mundial de la Salud sobre el brote de polio que
se ha detectado en dicho país, con el consiguiente peligro
de expansión a otras zonas. A las penalidades de quienes
emigran de un país en conflicto, hay que unir en este caso,
la propagación de una enfermedad que, en los paises
occidentales está controlada con el calendario de vacunas en
los niños con edades de riesgo, menores de dos años, aunque
no deja de ser un problema añadido, no sólo por las
calamidades que soportan estos inmigrantes sino también por
la expansión de enfermedades que acarrean en sus
desplazamientos.
Un total de 43 sirios se encuentran en el Centro de Estancia
Temporal, donde se da hasta el parentesco entre familias,
como ha sucedido en la última oleada de doce, entre los que
vienen un familiar con hijos de los ya alojados en el CETI.
Este “reagrupamiento” no es casual y sí consecuencia de las
mafias y los desplazamientos organizados de todas estas
personas que, provenientes del mismo lugar de procedencia,
buscan por la ruta de Marruecos-Ceuta, un mundo mejor. Un
indicativo que hace intuir que continuará esta dinámica y
que muy pronto, veremos aumentar su presencia, a tenor del
devenir de los acontecimientos.
El delegado del Gobierno dijo recientemente, que no se le
tilde de ir contra la inmigración, sino que Ceuta tiene una
capacidad de absorción limitada, por lo que, aún
reconociendo el drama humano que llevan consigo, no es menos
cierto que los condicionantes de Ceuta para atenderlos son
limitados. De ahí la necesidad de un control que evite
desbordarnos.
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