El Museo de Ceuta acoge desde ayer una muestra de las
esculturas del ceutí Antonio Romero. Esta es la primera
exposición que este caballa realiza y con ella retoma la
afición de su niñez de moldear todo lo que ve. Y es que,
Romero cuenta en el díptico de la exposición como desde niño
le atraía dibujar con tiza en el suelo del patio donde pasó
su infancia. Le llamaban el patio ‘la gorda’.
Con diez u once años modeló en plastilina a su abuelo Manolo
de Benzú. Más tarde, en el instituto Siete Colinas, destacó
siempre en manualidades, dibujo artístico y técnico,
obteniendo matrícula de honor en estas materias. Además,
ganó concursos de dibujo organizados por su profesor Pepe
Abad, al que recuerda con especial cariño.
No obstante, los años hicieron que se alejara de esta
afición que retomó hace poco gracias a las clases de barro
del Centro Asesor de la Mujer. El busto de Tony de la Cruz,
los Dragones o el retrato del Rey son el comienzo de una
labor que ahora no abandonar jamás. En la muestra, que se
mantendrá hasta el 24 de noviembre, se pueden ver estas
obras.
|