Un estudio realizado en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI) del Hospital Universitario de Ceuta ha demostrado cómo
el uso de superficies de contacto de cobre antimicrobiano
reduce el número de bacterias depositadas en estas
superficies en un 90%, por lo que se reducen también las
posibilidades de contraer una infección relacionada con la
atención sanitaria (IRAS), también denominadas infecciones
nosocomiales o intrahospitalarias. En el estudio se midieron
la contaminación bacteriana de tiradores de puertas
fabricados con cobre y acero inoxidable, situados en la UCI
del hospital. Este estudio viene precedido por el estudio
realizado en laboratorio durante 2012 en el mismo hospital
en el que se registraron resultados similares en torno a la
eficacia antimicrobiana del cobre.
Según el doctor Julián Domínguez, Jefe del Servicio de
Medicina Preventiva, Salud Pública y Prevención de Riesgos
Laborables del Hospital Universitario de Ceuta, “este
estudio significa un paso más hacia la progresiva reducción
de los niveles de infecciones nosocomiales registradas en
entornos sanitarios. El paso dado por el hospital de
introducir el cobre antimicrobiano desde un entorno
controlado como el laboratorio hasta la UCI ha ofrecido
resultados muy positivos, lo que nos hace plantearnos
próximos pasos a seguir de cara a continuar reduciendo los
riesgos de infecciones hospitalarias entre los pacientes en
otras áreas del hospital”.
El estudio demuestra que en condiciones ambientales
normales, que el crecimiento bacteriano es
significativamente inferior en superficies de aleación de
cobre respecto a superficies de acero inoxidable. El cobre,
gracias a sus cualidades antimicrobianas, se presenta en
este estudio como una opción efectiva para la prevención de
IRAS, abriéndose así una nueva vía en la utilización de este
metal como agente antimicrobiano en áreas hospitalarias,
unidades de cuidados intensivos y quirófanos, pero también
en materiales utilizados en las mismas, como el mobiliario
clínico, barandillas de camas, portasueros, etc.
Está ampliamente demostrado que las superficies ambientales
son un importante reservorio de microorganismos. Ante este
problema, se han realizado numerosos ensayos clínicos a
nivel internacional para comprobar la eficacia de la
utilización de superficies de cobre para eliminar bacterias
y patógenos que pongan en peligro la salud de personas en
diferentes espacios como hospitales, colegios o transportes
públicos. Un claro ejemplo de ello es la instalación de
cobre antimicrobiano en la Unidad de Fibrosis Quística del
Hospital Vall D’Hebron de Barcelona, realizada el pasado mes
de abril.
A lo largo de la historia el cobre ha sido uno de los
principales metales utilizados por el hombre, probablemente
por la combinación de sus propiedades físico-químicas y su
abundancia. La primera cita de su utilización a nivel médico
se encontró en el Papiro de Edwin Smith (Dinastía XVII de
Egipto), donde ya se describía la aplicación del cobre para
tratar heridas en el pecho y desinfectar el agua.
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