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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 30 DE OCTUBRE DE 2013

 
OPINIÓN / EL OTRO PLENO

La morcilla de Burgos, Abdelhakim y
el nuevo director del INEM

Por Alejandro S.


El combate dialéctico entre Fátima Ahmed y Mabel Deu por unas facturas gastronómicas que esgrimió y agitó mano alzada aquélla, elevó el tono del Pleno, escuchándose palabras gruesas. No gustó la exhibición culinaria y gastronómica de la diputada de Caballas a la siempre moderada Mabel Deu que se mostró muy brava para defender lo que consideraba un ataque a su honorabilidad como Presidenta de la Fundación Premio Convivencia.

Fátima esgrimió la morcilla de Burgos, el mero, la presa ibérica (“que debe de ser cerdo”, dijo) el whisky de marca reconocida, el pacharán, el orujo de hierbas, el rodaballo, el pulpo, como una muestra gastronómica “inmoral” cuando este estipendio daba para mucho en Servicios Sociales: diez ayudas mensuales con lo que se gastó en una noche “protocolaria” de 2.563 euros.

El tema gastronómico es muy sugerente en cuestión de crítica política: da para mucho y jode bastante, que es lo que le sucedió a Mabel Deu, muy molesta con alusiones de Fátima Ahmed recurriendo a los momentos de “especial y extrema dificultad de algunas familias” porque dijo que un comportamiento de esta naturaleza “es inmoral donde la pobreza acucia”.

El término demagogia y la justificación del gasto como protocolo de atención a personalidades (Mario Vargas Llosa y acompañantes, incluyendo a los cónyuges de Juan Vivas y la propia Mabel Deu), no fue suficiente para convencer a Fátima Ahmed que tras escuchar “la respuesta leída” de Mabel a su interpelación sobre los gastos de la Fundación, arremetió de manera “in misericorde” contra la modosa Mabel Deu que esta vez se sintió en el disparadero. “Es vergonzoso hacer esto con el dinero de todos”, dijo a modo de puya Fátima Ahmed, o con otra frase más lacerante: “No sé si forma parte esto del objeto social de la Fundación que llamaré Premio Comilona”, extrañándose de que no se atragantaran por la comilona de turno.

Después, Fátima, sacó a colación los gastos de un teléfono y un fax: 2.500 euros en 2013 y 3.400 euros en 2012. Como si no fuera suficiente, aludió a un tiket presentado como gasto de una tapa y una cerveza, que quien consumiera tal asunto, no tuvo el menor recato de pasarlo como gasto abonable a la Fundación Premio Convivencia en el colmo de la estulticia.

Como había para todos, Fátima Ahmed calificó a Emilio Carreira en alusión a Mabel Deu como “su consejero de Hacienda convertido en guía espiritual”, con un sentido religioso que no le va, en absoluto a Carreira.

Por cierto, que el portavoz, consejero de Economía, Hacienda, Recursos Humanos, vicesecretario de Comunicación del partido y no sé cuantas cosas más no descritas, se pasó el Pleno con una fijación de mente, aludiendo a que se sentía como si estuviera ya en campaña electoral, hasta el punto que Mohamed Alí se lo hizo saber en una ocasión: “Aquí, el único que está hablando de campaña electoral, es usted, señor Carreira”. Debe ser, por extensión, el mismo virus que padece Juan Vivas que, sin que nadie se lo pidiera, hace dos semanas que se autoproclamó candidato a las elecciones de 2015. ¡Cuán largo me lo fiáis, amigo Juan!

Un episodio grotesco fue el desconocimiento del nuevo director del INEM. Ni el proponente, Juan Vivas, conocía su nombre; una identidad que dijo conocer por el “curriculum” y Aróstegui que le espetó: “Se dice que es amigo de Paco Antonio” (el delegado del Gobierno). Parecía una tomadura de pelo si no fuera por el escenario tan serio en el que se dirimía esta burlesca situación, donde Vivas se molestó, incluso, por las risas que despertó su mayúsculo desconocimiento del personaje que, en teoría, había propuesto él para el cargo. Ahí estuvo brillante Juan Luis Aróstegui, porque llegó a provocar carcajadas de la audiencia.

Otro asunto para el que había que tener un buen estómago fue cuando Abdelhakim Abdeselam hubo de tragar el sapo que le envió desde el estrado en forma de nota de obligado cumplimiento: votar a favor de la moción de Caballas sobre la Unidad Animal. La cara del consejero de Sanidad fue todo un poema, mientras el presidente Vivas terciaba en el tema. Una consigna mal asimilada con gesto más que expresivo.
 

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