El PSOE considera una temeridad e irresponsabilidad de Juan
Vivas que acometa la remodelación de la Marina por más de 5
millones de euros cuando hay otras necesidades más
perentorias. Consideran los socialistas que Vivas ha perdido
la cordura y la sensatez si da viabilidad a un proyecto de
tal calibre que se considera una obra faraónica, sin atender
carencias endémicas en nuestra ciudad.
Desde el PSOE se ve como una temeridad este tipo de
actuaciones y no les falta razón cuando carecemos de red de
saneamiento en numerosas viviendas a las que se les cobra el
alcantarillado sin tenerlo en la zona periférica, cuando
carecemos de un albergue para transeúntes, cuando tampoco
tenemos camping que es obligado para poblaciones de más de
50.000 habitantes, cuando se carece también de un Centro de
menores, cuando hay 7.000 pobres en Ceuta que requieren del
Banco de Alimentos víveres para su subsistencia, cuando
nuestras barriadas precisan tantas atenciones como se
reclaman y no siempre se atienden. En definitiva, un
verdadero rosario de penurias que convierten en insultante
para la inteligencia de quienes han tenido conocimiento que
Juan Vivas se ha empeñado en una obra cercana a los 6
millones de euros.
En unos momentos en los que no se habla más que de crisis
económica, austeridad, recorte de salarios, paro y más paro,
aumento de los medicamentos ansiolíticos por el creciente
aumento de las depresiones a causa de las dificultades de la
vida, Juan Vivas pierde el control y la sensatez,
convirtiéndose en el egocéntrico dispuesto a ejercer de
Caudillo y tratar de pasar a la posteridad con una obra
innecesaria por superflua e insultante por temeraria.
No le falta razón a Nuria Miaja cuando alude a las carencias
básicas en infraestructuras para prestar servicios públicos
con estándares de calidad, ni a la reducida inversión
pública del Estado por la coyuntura económica, sin
olvidarnos de los recortes en Educación y Sanidad que tantas
protestas han desatado.
Mirar para otro lado, hacer oídos sordos a estas cuestiones
es de una paranoia extraordinaria y es una forma de reírse
públicamente de quienes lo están pasando extremadamente mal,
muy mal, sufriendo unas necesidades extremas. Por ello,
hablar ahora de cerca de 6 millones de euros en una
remodelación, en un lavado de cara, para cambiar una imagen,
resulta tan estrambótico como impropio de un Gobierno al que
se le llena la boca de hablarnos de la sostenibilidad del
sistema y de tantas gaitas, que llegados a este punto de los
5,4 millones de euros, dan la sensación que no se lo creen
ni ellos.
¿Cómo son tan osados de maltratar a los ciudadanos y
dispensarles con tan poco respeto? ¿Serán capaces de
pedirles luego los votos mirándole a los ojos? ¡Qué
vergüenza!
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