Este año no ha tocado, el próximo
se irán preparando y en 2015 volveremos a votar. Es la
marcha que llevamos, desde hace ya muchos años, y con ello
no nos están yendo las cosas demasiado bien, al menos, los
últimos años.
Y en Ceuta, más de lo mismo, como en los demás lugares, cada
uno trata de dejarse ver más, antes de las elecciones, que
cuando se han celebrado y los “barandas” se han instalado en
sus poltronas.
Con estas perspectivas, el próximo año puede ser tranquilo y
el siguiente no correremos el riesgo de que se nos vuelva a
quitar una paga o las que sean, ni que nos vuelvan a rebajar
el sueldo.
Además, en Ceuta, ya se preparan las obras faraónicas para
que los que no iban a votar al PP de Juan Vivas se lo
piensen un poco mejor y, nuevamente, le vuelvan a apoyar, y
creo que sería el momento de ver caras nuevas en cada uno de
los partidos, especialmente, si lo que hay ahora lleva ya
mucho tiempo, porque con estas repeticiones de alcaldes,
presidentes de comunidades autonómicas, líderes sindicales y
todos los etcéteras que cada uno vaya buscando, nos
encontramos con que, todos ellos, sin excepción, parece que
quisieran emular a perpetuarse en el cargo, como en su día
hiciera D. Francisco, con lo que todo eso que algunos
criticaron mucho empiezan a hacerlo ellos, también, pase lo
que pase alrededor.
Naturalmente, hacer mejoras en un pueblo, en una ciudad o en
una comunidad autonómica es bueno, pero es bueno si esas
obras se necesitan, mientras que si lo que se necesita es
despilfarrar, por despilfarrar, lo mejor es que ese dinero
se quede en la caja.
Y es que el despilfarro, desde tiempos inmemoriales, es algo
que parece consustancial con la alcaldía de Ceuta, y muy
especialmente en los últimos doce o trece años. ¡¡Si esto lo
hace el GIL!!, lo hubiéramos visto en todos los “papeles” y
las críticas hubieran durado toda una legislatura.
Y la obra “emblemática” para esta campaña del Ayuntamiento
va a ser la reestructuración de La Marina, o lo que es lo
mismo, una gran obra donde menos falta hacía, ahora mismo.
Por todo esto, no me extraña que el grupo político que,
curiosamente, más cercano se muestra al alcalde de Ceuta, el
grupo Caballas, ante el desatino y el despilfarro que va a
significar esa obra, salte ahora a la arena, -también
buscando sus votos- y califique de “injusta, inoportuna y
electoralista”. Viniendo de donde viene la crítica, no sé
qué sentido de certeza tendrá, pero ahí está, porque esto de
electoralista si que lo es y con dicha obra lo que se
intenta es recuperar los votos que, en el centro de la
ciudad, va perdiendo el grupo que encabeza Juan Vivas, en
los últimos meses.
El grupo Caballas que no se está significando por tener un
tino acertado y demasiado crítico con los múltiples errores
del alcalde, sale ahora, a ver si ellos, también, arañan
algo de esas obras o de la crítica de las mismas.
Y es que estos, en lo único que piensan es en lograr algún
voto más, porque se ven fuera del Ayuntamiento, en la
próxima legislatura.
Y como aquí eso de la seriedad en las facturas o en las
adjudicaciones, cada día se pone más en tela de juicio,
Caballas pone en duda la objetividad del pliego elaborado
para regular la adjudicación de la obra. A partir de aquí,
que Dios reparta suerte, pero que no permita que tantos
despilfarros se hagan, especialmente, en estos momentos,
porque esa obra nos parece un gasto innecesario.
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