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OPINIÓN - LUNES, 28 DE OCTUBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Las arcadas de Messi
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Arcada: movimiento violento del estómago, que generalmente procede o acompaña al vómito. No pocas veces he oído yo decir lo siguiente: “Tuve una náusea, después una arcada y vomité un juguillo aceitoso”.

Las arcadas de Messi son ya tan famosas como reiterativas. Frente al Madrid, hubo momentos en los que, tras pasarse cierto tiempo escupiendo sin cesar, lo cual se ha convertido en hábito, fue presa de la náusea y a punto estuvo de largar por la boquita.

Día llegará, pues, en que nos enteremos del porqué de esas bascas. De momento, he aquí la pregunta: ¿será que al mejor jugador del mundo le puede la angustia por la necesidad que tiene de ser siempre el mejor? Hizo, la verdad sea dicha, un partido de nivel bajo.

Náusea me produjo a mí la actuación de Undiano Mallenco. A quien le pudo la jindama de un campo repleto de hinchas que eructaban nacionalismo cateto por los cuatro costados. El árbitro navarro, con su pose de joven modosito y sus aires de pertenecer a una familia de misa y comunión diaria, dio el cante. Pego el petardo a conciencia: sabedor de que si un equipo tenía que ganar en estos momentos ese era el Barcelona. Era lo políticamente correcto. Para que la victoria sobre el equipo ‘franquista’ les aplacara por unos días la fobia que les embarga contra una España a la que acusan de ladrona.

Fobia, lo que se dice fobia, es lo que destilan los comentarios de Carlos Martínez y Michael Robinson contra el Madrid. Ambos, en vez de preocuparse por hablar bien nuestra lengua, son reos de la aversión que sienten hacia el equipo presidido por Florentino Pérez. Se les nota a mil leguas que ambos beben en el mismo abrevadero del odio hacia la entidad madridista que lo hace Victoriano Sánchez Arminio: presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española de Fútbol.

Sánchez Arminio es el sujeto que dijo, cuando el penalti indicado en Elche a favor del equipo blanco, lo siguiente: “No sé sí César Muñiz Fernández tenía algún problema familiar. A lo mejor no estaba en el momento propicio para arbitrar el Elche-Madrid”.

Por lo tanto, la pregunta se impone a don Victoriano: ¿Tenía algún problema familiar Undiano Mallenco como para hacer el arbitraje que hizo a favor del equipo azulgrana? ¿Será usted capaz, dado que barriga tiene como para acumular redaños en ella, de mandar a la nevera a uno de sus árbitros preferidos?

Mi respuesta es que don Victoriano no tiene bemoles suficientes para enfrentarse a los directivos del Barcelona. Ya que suspender por varias semanas a UM es como decirle a Sandro Rosell y compañía que han ganado debido a la parcialidad de un árbitro que había recibido órdenes precisas para que ello sucediera. Lo que, además, podría acarrear el enfado de los internacionales españoles del Barça, tan susceptibles ellos.

Bueno -interjección que me vale para tomarme un respiro-, aún no he dicho nada de la alineación de Sergio Ramos en la parcela vital del medio campo. Así que diré que la idea de Ancelotti era buena. Pero el jugador no la entendió. Y, cuando lo mejor hubiera sido situarlo como defensa lateral, ya estaba lastrado por una tarjeta.

La segunda parte, salvo minutos, fue del Madrid. Que se impuso de tal manera en el medio campo como para que el Tato Martínez hubiera de recurrir a Song. As y Marca, los periódicos de Madrid en general, parecen editarse en la Fuente de Canaletas.
 

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