Arcada: movimiento violento del
estómago, que generalmente procede o acompaña al vómito. No
pocas veces he oído yo decir lo siguiente: “Tuve una náusea,
después una arcada y vomité un juguillo aceitoso”.
Las arcadas de Messi son ya tan famosas como reiterativas.
Frente al Madrid, hubo momentos en los que, tras pasarse
cierto tiempo escupiendo sin cesar, lo cual se ha convertido
en hábito, fue presa de la náusea y a punto estuvo de largar
por la boquita.
Día llegará, pues, en que nos enteremos del porqué de esas
bascas. De momento, he aquí la pregunta: ¿será que al mejor
jugador del mundo le puede la angustia por la necesidad que
tiene de ser siempre el mejor? Hizo, la verdad sea dicha, un
partido de nivel bajo.
Náusea me produjo a mí la actuación de Undiano Mallenco. A
quien le pudo la jindama de un campo repleto de hinchas que
eructaban nacionalismo cateto por los cuatro costados. El
árbitro navarro, con su pose de joven modosito y sus aires
de pertenecer a una familia de misa y comunión diaria, dio
el cante. Pego el petardo a conciencia: sabedor de que si un
equipo tenía que ganar en estos momentos ese era el
Barcelona. Era lo políticamente correcto. Para que la
victoria sobre el equipo ‘franquista’ les aplacara por unos
días la fobia que les embarga contra una España a la que
acusan de ladrona.
Fobia, lo que se dice fobia, es lo que destilan los
comentarios de Carlos Martínez y Michael Robinson contra el
Madrid. Ambos, en vez de preocuparse por hablar bien nuestra
lengua, son reos de la aversión que sienten hacia el equipo
presidido por Florentino Pérez. Se les nota a mil leguas que
ambos beben en el mismo abrevadero del odio hacia la entidad madridista que lo hace
Victoriano Sánchez Arminio:
presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación
Española de Fútbol.
Sánchez Arminio es el sujeto que dijo, cuando el penalti
indicado en Elche a favor del equipo blanco, lo siguiente:
“No sé sí César Muñiz Fernández tenía algún problema
familiar. A lo mejor no estaba en el momento propicio para
arbitrar el Elche-Madrid”.
Por lo tanto, la pregunta se impone a don Victoriano: ¿Tenía
algún problema familiar Undiano Mallenco como para hacer el
arbitraje que hizo a favor del equipo azulgrana? ¿Será usted
capaz, dado que barriga tiene como para acumular redaños en
ella, de mandar a la nevera a uno de sus árbitros
preferidos?
Mi respuesta es que don Victoriano no tiene bemoles
suficientes para enfrentarse a los directivos del Barcelona.
Ya que suspender por varias semanas a UM es como decirle a
Sandro Rosell y compañía que han ganado debido a la
parcialidad de un árbitro que había recibido órdenes
precisas para que ello sucediera. Lo que, además, podría
acarrear el enfado de los internacionales españoles del
Barça, tan susceptibles ellos.
Bueno -interjección que me vale para tomarme un respiro-,
aún no he dicho nada de la alineación de Sergio Ramos en la
parcela vital del medio campo. Así que diré que la idea de
Ancelotti era buena. Pero el jugador no la entendió. Y,
cuando lo mejor hubiera sido situarlo como defensa lateral,
ya estaba lastrado por una tarjeta.
La segunda parte, salvo minutos, fue del Madrid. Que se
impuso de tal manera en el medio campo como para que el Tato
Martínez hubiera de recurrir a Song. As y Marca, los
periódicos de Madrid en general, parecen editarse en la
Fuente de Canaletas.
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