La doctrina Parot surge, a raíz de
que ante un recurso presentado por el etarra Henri Parot,
solicitando acumular en una todas las condenas que le fueron
impuestas. El Tribunal Supremo en 2006 consideró que, la
reducción de un día de condena por dos de trabajos
realizados o por estudiar, serían descontados del total de
los años condenados y no por los 30 años máximo que puede
estar un malhechor en la cárcel.
Es evidente, que en un estado democrático, las leyes se
deben aplicar por criterios jurídicos, debiendo tener
carácter retroactivo cuando favorezca al reo. Por ello, los
defensores de los etarras que fueron condenados con
sentencias firmes a través del Código Penal de 1973, muy
anterior a esa doctrina Parot; recurrieron la aplicación de
dicha doctrina a sus defendidos con efecto retroactivo.
Siendo Inés del Río, la primera en acudir al Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, para solicitar su puesta en
libertad en 2008, al considerar que al aplicarle la doctrina
Parot, se le alargaba ilegalmente el tiempo de permanencia
en la cárcel.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo en
2012, dictó sentencia a favor de la etarra, siendo recurrida
esa resolución por los servicios jurídicos del Estado
español. Pero, el pasado lunes, 21 de octubre, el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, ratificó en sentencia firme por
unanimidad de sus magistrados, la puesta en libertad de la
etarra de forma inminente. Debiendo ser indemnizada, además,
con 30.000 euros por los daños morales sufridos, aparte de
las costas del proceso, por haber permanecido encarcelada
ilegalmente desde el año 2008, vulnerándose los artículos 5º
y 7º relativos a la libertad etc.,etc. Motivándose que fuera
excarcelada, Inés del Río, el pasado martes.
Esto es, brevemente, lo que creo que ha ocurrido, al
aplicarle a ella y a más de un centenar de etarras y a otros
presos la doctrina Parot. Los que solicitaran su libertad, y
el Gobierno los excarcelará escalonadamente, para evitar más
alarma social de la que existe.
Llegado hasta aquí en mi exposición, aclaro que, es
totalmente injusto, que un salvaje que ha cometido una
veintena de asesinatos de la índole que fuere, pague
penalmente igual que uno que haya asesinado a una sola
persona. Por lo tanto, un gran revuelo ha provocado en la
sociedad española este asunto, quejándose amargamente las
asociaciones y víctimas del terrorismo, por la celeridad que
ha tenido el Gobierno para poner en libertad a la susodicha
etarra. Lanzándose acusaciones y echando balones fuera las
dos formaciones políticas mayoritarias españolas.
Desconociendo, quién o quiénes son los culpables de esta
situación. Y quiénes los competentes si recibir presión de
otros poderes o de los de sí mismo, para poner en valor o
resolver acerca de lo justo e injusto en determinadas
materias. Porque esta España borbónica y constitucional,
tiene presuntamente algo o mucho de las series televisivas
de Al Capone o de la cinéfila bandolera de Curro Jiménez.
Porque capos y bandoleros, haberlos los hubo en España en
otras épocas, pero presuntamente sigue habiendo algunos en
la política, aplicando por las bravas o balsámicamente
doctrinas… dependiendo circunstancias o conveniencias
políticas...
No extrañándome que, ciertos políticos fueran condenados por
realizar terrorismo de estado, ni que aún estén por
despejarse a quiénes correspondían las X del 23F y de los
casos GAL y del reciente Faisán… No entiendo la población,
tampoco, cómo un expresidente del Gobierno español, cuando
gobernaba llamara a los etarras “Movimiento de liberación
vasco” y otras veces asesinos.
Siendo vergonzosa y esperpéntica, también, la actitud del
actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al ser
preguntado el martes pasado por la sentencia del tribunal de
Estrasburgo, haciendo mutis al respecto; contestando, sin
embargo, “llueve muchísimo”. No siendo una respuesta
metafórica, porque climatológicamente jareaba. Pero él y
otros como él, casi nunca se mojan ni salen salpicados,
porque son protegidos con paraguas y hasta bajo palio, a
pesar de la que le está cayendo encima a la población
española, por culpa de políticas aplicadas por ellos...
Por lo tanto, ni lo uno ni lo otro, sino lo justo con
arreglo a que “la Justicia es igual para todos” en cualquier
tiempo y lugar. Por ello, siempre estaré al lado de las
victimas directas e indirectas de las barbaries cometidas en
este periodo democrático español. Porque, en definitiva,
todos en el grado de proporcionalidad que a cada uno nos
corresponda, hemos sido y somos víctimas del terrorismo
etarra, de la delincuencia callejera y de la de guante
blanco política, bancaria… que sufrimos. Calándonos con
mayor o menor profundidad sus presuntas terroríficas
fechorías.
|