En esta ocasión, quizás deberíamos empezar escribiendo
esta “entradilla” en inglés, idioma por el que nuestra
protagonista de hoy siente verdadera pasión, pero no vamos a
arriesgarnos a hacerlo. De este modo, evitaremos sus
correcciones que, seguramente, serían muchas. Una pasión
convertida en vocación y en autoempleo, un entusiasmo
convertido en la mejor clave para vencer esa crisis que a
todos nos afecta. “Teacher Carmen” sonríe en inglés pero,
amigos y amigas, la sonrisa es universal y todo el mundo la
entiende. “Teacher Carmen es una academia muy familiar. En
mis clases hay sólo doce alumnos por aula y eso hace posible
que todo el mundo participe”, señala Cármen González
Bermúdez.
Pregunta.- ¿Carmen es “teacher” por vocación?.
Respuesta.- Absolutamente. Nunca he querido hacer otra cosa
y nunca he buscado trabajo en algo que no fuera dar clase.
Mi madre siempre cuenta que, cuando era muy pequeña, me
escuchaba hablar sola en mi cuarto y cuando me preguntaba:
“Carmen, ¿qué haces?” Yo le contestaba: “Dándole clase a mis
muñecos”. En mi cuarto siempre ha habido muchos juguetes,
pero mi preferido siempre fue la pizarra.
Con diez años, mi madre me apuntó a clases de inglés con
Patxi, que da clases en el Edificio San Luis, y descubrí no
sólo que quería enseñar, también que lo que quería enseñar
era inglés.
P.- En tiempos de crisis, la esperanza está en
“reinventarse”, ¿es lo que te empujó a crear tu propio
empleo?
R.- La idea de la academia es algo que siempre he tenido en
mente. Era uno de mis sueños: poder enseñar inglés a mi
manera. Pero yo soy una persona muy cauta, pienso mucho las
cosas antes de hacerlas y el hecho de tener que involucrar a
mis padres en este proyecto me hacía no dar el salto
definitivo. Siempre esperaba aprobar las oposiciones antes,
por si no iba bien, pero las oposiciones no salían, la lista
de interinos no corría y pasaban los años.
Justo antes de montar la academia me fui a trabajar a
Algeciras y no fue una grata experiencia. Mi madre, que es
muy madre, se puso a buscar local en Ceuta por su cuenta… y
lo encontró. Cuando lo vi, me enamoré y le pregunté a mis
padres: “¿La montamos?” y aquí estamos. Imagino que, al
principio, todo fue más duro de lo que esperabas. Cuéntanos
los pasos que seguiste hasta llegar a conseguir tu objetivo.
Pues lo más difícil lo hizo mi madre, que fue encontrar un
local bonito, céntrico y asequible. Luego empezaron mis
viajes a PROCESA, el SEPE, el GIUCE, la Cámara de Comercio,
IKEA. En realidad no fue para tanto, montamos la academia en
2 meses, empezamos en mayo de 2012 y el 2 de julio ya estaba
“Teacher Carmen” en marcha.
P.- ¿Qué diferencia a “Teacher Carmen” del resto de
profesores de inglés que podemos encontrar en la ciudad?
R.- Sin menospreciar a nadie, porque me consta que en esta
ciudad hay muchos buenos profesores de inglés, “Teacher
Carmen” es una academia muy familiar. En mis clases hay sólo
doce alumnos por aula y eso hace posible que todo el mundo
participe. No hay clase en la que no cuente alguna anécdota
y mis ejemplos para entender diferentes puntos gramaticales,
son siempre adornados con alguna “gracia” (risas). Esto hace
que mis alumnos recuerden siempre esos “ejemplos tontos que
Carmen siempre cuenta”. Los alumnos y alumnas de Teacher
Carmen somos una gran familia y por ello, en Navidad,
hacemos con los alumnos adultos (que son muchos) una comida.
El año pasado los puse a cantar un villancico en inglés y
para este año ya tengo un juego preparado… ¿qué será?
(risas).
P.- Además de enseñar inglés y regalar sonrisas, ¿qué más
te gusta hacer en tu día a día?
R.-Aunque el trabajo no me deja demasiado tiempo libre me
encanta cocinar, sobre todo pasteles y galletas, ¡tengo una
tarta que es famosa!, incluso me obligan a hacerla para los
cumpleaños de mis amigos y familia. Por ejemplo, mi amiga
Marga, a la que saludo desde aquí, no me perdonaría jamás
que no le hiciera mi tarta para su cumpleaños. También soy
muy “friki” de las series. Veo muchísimas, como unas 15 a la
vez, todas en inglés. Hace unos años me fui a vivir a
Edimburgo y, desde que volví, veo la televisión solo en ese
idioma. Me gusta leer, aunque es el hobby que más abandonado
tengo. Ahora me he aficionado a montar a caballo, aunque los
pobres no me hacen ni caso. El sábado probaré a hablarles en
inglés, a ver si así me impongo un poco (risas).
P.- El “spanglish” da para muchas anécdotas, cuéntanos
alguna.
R.-¡Podría escribir un libro! Una de las que más me ha hecho
reír fue protagonizada por un chiquillo que pretendía decir
“mensualmente” y se le ocurrió expresarlo en inglés con la
palabra “mensually”.
P.- Nos han hablado de lo especial que es tu compañero de
viaje y no podemos evitar pedirte que nos hables un poco de
él.
R.-¡Qué buena pregunta! Juanma, ese compañero de viaje por
el que preguntas, es único e irrepetible (gracias a Dios,
porque dos como Juanma no habría quien lo aguantara)
(risas). Llevamos toda una vida juntos, más de once años,
aunque casi la mitad de ellos hemos estado separados por
circunstancias laborales. Contra todo pronóstico, aquí
estamos. Digo contra todo pronóstico porque quien nos
conozca sabe que somos la noche y el día. Nosotros siempre
decimos que lo único que tenemos en común es que a los dos
nos encanta el inglés y que los dos somos zurdos.
P.- Es de bien nacido ser agradecido.
R.- Por supuesto, a los primeros a los que tengo que dar las
gracias es a mis padres porque siempre están ahí, necesite
lo que necesite. Sin ellos, este sueño no hubiera sido
posible. No viviré días suficientes para agradecerles los
grandes padres que son. A Juanma, mi compañero de viaje,
como tú dices, porque cuando me lié la manta a la cabeza y
me volví a Ceuta para montar la academia, dejándolo “tirado”
en Algeciras, no hizo más que apoyarme. Él siempre está ahí
y eso es difícil de encontrar en alguien con el que quieres
compartir tu vida.
También a mi hermana, Sara, que me ha tomado el relevo y se
ha ido a vivir a Edimburgo. Siempre está ahí para darme su
consejo profesional como psicóloga cuando lo necesito.
No puedo olvidarme de los Pattisons, mi familia escocesa,
como yo los llamo. Me abrieron las puertas de su casa y me
hicieron sentir parte de su familia. Ahora han hecho lo
mismo con mi hermana y no sé como voy a agradecérselo.
Tampoco quiero olvidarme de dos profesores que han marcado
mi vida: Patxi y Fernando Trujillo. El primero, despertó en
mi el gusanillo del inglés y el segundo, el gusanillo por la
enseñanza de este idioma, de la cultura que lo rodea, que
tantas alegrías me ha dado, me da y espero que me siga
dando.
Por último, pero no menos importante, a todos y todas los
que forman parte de Teacher Carmen, alumnos, padres y
madres. Thank you, thank you so much. Ah, bueno, a ti, por
acordarte de mí para esto (risas).
P.- Cuéntame un secreto.
Me gustaría ser reservista voluntaria y jurar bandera.
P.- ¿Por qué crees que puedes ser una anónima
interesante?
Pues porque soy una chica joven, emprendedora, trabajadora,
luchadora y caballa hasta la médula.
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