Es lo que parece, tras ver los
números facilitados, con carácter más o menos oficiales, de
la huelga del día 24.
Y es que ya es llamativo, no lo podemos considerar de otra
forma, que en los centros, en los que fueron a la huelga el
20,36% de profesores, poco más del 20%, el número de alumnos
que secundó la huelga fuera de 36,07%.
En los que fueron a la huelga el 0,7% de los profesores, los
alumnos que secundaron esa huelga fueron el 1,66% y en los
institutos el profesorado secundó la huelga en tan sólo el
16,8%, en tanto que el alumnado, aquí en los institutos
rondó el 70%.
La lectura está ahí, y que esa huelga haya sido seguida por
un 21% en la enseñanza primaria, por un 60% en la secundaria
y por un 60% en Bachillerato, indica, cuando menos, que más
que una huelga de estudiantes y profesores o de profesores y
estudiantes fue una huelga política, en la que los padres se
lanzaron en “apoyo” a sus hijos, para que el jueves no
fueran a clase.
Quedan claras dos cosas, por encima de todo, la primera es
que aquí importa un bledo la formación de los chavales, aquí
lo único que se pretende es hacer oposición al Gobierno,
como sea, y sin tener en cuenta que lo que hubo hasta ahora
fue pésimo, pero lo que no se quiere es dar paso a otras
situaciones, que podrían ser, cuando menos, algo mejores, no
estamos diciendo que la Lomce sea la panacea, pero mejor que
lo que hay seguro que sí es.
La parición de las reválidas ha puesto nerviosos a muchos,
pero no les pone nerviosos que vayan dos generaciones o más
con un declive alarmante en la Educación, con las leyes:
LODE, Loe, Logse, dadas por los sucesivos gobiernos del
PSOE.
Y se habla, también, de recortes, es el tema sobre el que
giran las quejas contra la ley, esas quejas de que muchos no
podrán estudiar por no tener becas.
Las becas ahí están, ahí tendrán que estar, y las debe
lograr el alumno que tenga un aprovechamiento claro, no que
la beca sea el sustento para no asistir a clase, tras
haberla cobrado y haberse comprado una moto o haber
adquirido un teléfono de última generación, curiosamente,
adquirido con parte del dinero de esa beca.
Estos días se están diciendo, si es que no mentiras, sí
muchas verdades a medias, especialmente cuando ciertos temas
caen en manos de demagogos que quieren hacer carrera con la
protesta por la protesta, ahora con la Ley de Educación y
luego, más tarde, con lo que venga.
A mí, particularmente, me da vergüenza ver en la prensa a
ciertos personajes hablando ex cátedra sobre la Lomce. Unos
de estos pertenecientes a los sindicatos y otros de esos
espontáneos que han dejado atrás actividades más que
sospechosas, para meterse en este terreno y tratar de
defender lo indefendible, sin una base sólida para ello. Eso
es muy peligroso.
A partir de ahora, ya se sabe lo que va a ir sucediendo,
cada tres días, cuando menos, habrá un conato de huelga, con
lo que el aprovechamiento será mucho más bajo y a finales de
curso el campo idílico estará en la igualdad de todos y que
todos pasen, aunque no sepan poner su nombre. Digo que me da
vergüenza, y desde luego procuraré que desde mi cátedra eso
no suceda, ni con la Logse, ni con la Lomce, si es que llega
a ponerse en marcha, ni tampoco con un decreto del propio
ministro Wert, al que más de uno querría llevar a la
hoguera. No tenemos remedio y así nos van las cosas.
|