Los datos de la EPA, correspondientes al tercer
trimestre, publicados durante el transcurso de la jornada de
ayer por el INE muestran un aumento de 39.500 ocupados
respecto al trimestre anterior, situando la cifra total de
desempleados en 5.904.700. A este respecto, en Ceuta el paro
también descendió en 1.300 personas.
Para UGT, estas cifras positivas se deben, en su totalidad,
a factores estacionales, ya que, descontando este
componente, el empleo se ha reducido un 0,42% y el desempleo
ha aumentado un 0,21%. Todo el empleo que se ha creado es
precario y de baja calidad, fruto de la reforma laboral, que
está produciendo un paro cada vez más crónico y empeorando
las condiciones laborales de aquellos que tienen un puesto
de trabajo. Con estos datos, no hay razón para el optimismo
y la propaganda del Gobierno resulta infundada.
Sus políticas están lastrando la recuperación de la economía
y el empleo, conformando un mercado laboral con menos
derechos para los trabajadores y una economía que se asemeja
más al de una economía frágil, apoyada en bases
incompatibles con un crecimiento sólido, duradero y
generador de empleo y bienestar.
La Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al
tercer trimestre del año refleja unos datos positivos en
materia de paro y empleo. La Encuesta estima 39.500 ocupados
más y 72.800 desempleados menos respecto del segundo
trimestre, que constituyen una buena noticia puntual que UGT
celebra.
Por sus características estacionales, y en términos
generales, los terceros trimestres suelen registrar aumentos
de la población activa y de la ocupación. Es, por tanto, un
buen período para el empleo (el mejor del año junto al
trimestre inmediatamente anterior). Hemos pasado, por tanto,
los seis meses del año (de abril a septiembre) que suelen
comportarse mejor para el empleo y el paro.
Por eso, los aparentemente positivos datos de este último
semestre no permiten sustentar un discurso optimista. Al
contrario, un análisis realista obliga a tener en cuenta
objeciones muy importantes:
Las cifras positivas en términos absolutos se deben en su
totalidad a factores estacionales. De hecho, si se descuenta
el componente estacional el empleo se ha reducido en el
trimestre un 0,42%, y el desempleo ha aumentado un 0,21%
(según las propias cifras que elabora el INE). Es decir, que
aún no hay un cambio de tendencia estructural en el mercado
laboral: se sigue destruyendo empleo y sigue aumentando el
paro.
Se sigue reduciendo la población activa de manera muy
intensa. De hecho, este es el factor que más explica las
cifras absolutas de aumento del empleo y reducción del paro.
De nuevo ha descendido en este trimestre, y ya van cinco
seguidos. En esta ocasión en 33.300 personas. Desde el
segundo trimestre de 2012 el número de activos ha caído en
382.400 personas (un 1,6%). Es decir, que mejora el empleo y
el paro en términos brutos esencialmente porque los
desempleados, desesperados por no encontrar un puesto de
trabajo, o bien emigran forzosamente en busca de
oportunidades, o bien anticipan su salida del mercado
laboral (jubilaciones anticipadas) o, desanimados, dejan de
buscar empleo y pasan a situación de inactividad (vuelta a
los estudios, asunción de tareas domésticas).
Todo el empleo que se crea es precario y de baja calidad, y
se destruye a un ritmo vertiginoso el empleo indefinido. En
este trimestre, el empleo temporal crece en 169.500,
mientras que el indefinido cae en 146.300. La tasa de
temporalidad ha aumentado 1,2 puntos, y se sitúa en el
24,3%. Esto es ya una tendencia estructural de nuestro
mercado de trabajo. Y ha sido propiciado por la reforma
laboral impuesta por el Gobierno del Partido Popular: desde
su entrada en vigor se han destruido 585.600 empleos de
carácter indefinido, y solo 64.000 temporales. Es decir, que
9 de cada 10 empleos destruidos desde febrero de 2012 han
sido indefinidos.
La demolición de los derechos laborales que ha realizado la
reforma se está traduciendo en una precarización brutal del
mercado de trabajo, incompatible con un modelo productivo
eficiente y con unos estándares aceptables de calidad de
vida para los trabajadores. La retirada de la reforma
laboral debe ser un imperativo para salir de la crisis.
El empleo de larga duración sigue aumentando. A pesar de la
reducción puntual del paro en el trimestre, el número de
desempleados que llevan más de un año sin empleo ha crecido
en 1.300 en el trimestre. El porcentaje de paro de larga
duración sobre el total continúa creciendo, y ya es de
prácticamente la mitad (49,1%).
En definitiva, bienvenidos sean los datos positivos
puntuales en materia de empleo y paro. Pero es preciso tener
en cuenta que la mejora de estas cifras estadísticas en los
últimos meses es más aparente que real, y que un análisis
realista muestra cómo nuestro mercado laboral está
empeorando, y no mejorando: aún no se crea empleo, el paro
se está haciendo cada vez más crónico, y las condiciones
laborales de quienes aún poseen un puesto de trabajo están
empeorando dramáticamente.
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