Los empresarios del Tarajal piden que se elabore un
protocolo de actuación para que los agentes destinados al
polígono tengan unas directrices a las que atenerse a la
hora de desviar el tráfico o cortar calles. Los propietarios
se quejan de que estos criterios varían en función del grupo
de agentes de la UIP que esté destinado en cada momento en
la zona y denuncian que esto les perjudica directamente en
sus ventas. Por ello, piden que se establezca una rutina a
través de un protocolo que les permita planificar su
trabajo, cuándo pueden llegar los camiones a descargar, y en
qué momento abrir al público.
Los empresarios del polígono del Tarajal han solicitado a la
Ciudad Autónoma que elabore un protocolo de actuación en el
que se establezca qué calles se deben cerrar para favorecer
el paso de los porteadores y a qué horas estarán afectadas
por la clausura. En la actualidad estos criterios varían en
función del grupo de agentes de la Unidad de Intervención
Policial (UIP) de Policía Nacional que esté destinado en ese
momento. Esto provoca que cada día el cierre afecte a calles
diferentes en horarios diferentes, según cuenta el
presidente del polígono La Chimenea, Ramesh Chandiramani.
Los propietarios quieren un protocolo “claro y que comprenda
todo el mundo” para facilitar el trabajo en las naves.
Chandiramani explica que ya se ha solicitado a las
autoridades competentes que elaboren un texto donde se fijen
estos criterios. Los empresarios los reclaman como necesrios
porque actualmente esta falta de previsión provoca que su
trabajo sea caótico. “No sabemos a qué hora puede pasar el
camión a descargar o cuándo podemos abrir”, señala el
presidente de La Chimenea.
Chandiramani reclama este protocolo para que los empresarios
puedan saber “cuál es su lugar” y si les es rentable
mantener sus naves abiertas. “Si nos compensa continuáremos
y si no, nos iremos”, asegura este empresario para
puntualizar que primero tienen que saber a qué atenerse para
tomar la decisión. Este empresario traslada la preocupación
e indignación de los demás propietarios ante una situación
aparentemente sin control.
Un caos creciente
Los empresarios quieren una “rutina” a la que atenerse y así
lo expresa Chandiramani, para recordar que el polígono es
“uno de los pulmones comerciales” de la ciudad y que de ahí
sale parte de la mercancía que luego se vende en el centro.
Debido a la falta de un protocolo, el presidente de La
Chimenea asegura que la situación está “cada vez peor”.
Dos de los problemas más denunciados por los empresarios han
sido la limpieza y la seguridad en el polígono. Aspectos que
también han ido empeorando durante los últimos meses, según
explica Chandiramani.
En cuanto al proyecto de crear una mancomunidad entre los
cuatro polígonos que integran el Tarajal, Chandiramani
señala que se está estudiando. “Los empresarios estamos en
un compás de espera, para ver también cómo queda el nuevo
paso de porteadores que sustituirá al Biutz”, puntualiza.
Este empresario lamenta que los propietarios de las naves no
tengan información directa sobre cómo quedará el nuevo paso
y por ello, Chandiramani, no quiere manifestarse al
respecto.
Nuevo paso de porteadores
Mientras, las obras del nuevo paso fronterizo de mercancías
siguen su curso. Este se está construyendo en la parte
colindante a la frontera del Tarajal, a la derecha hacia
Marruecos, en la zona de la antigua piscifactoría. La
inversión destinada a este proyecto está entre el millón y
los dos millones de euros. Con una anchura de nueve metros,
en este nuevo paso se eliminarán las “jaulas” para mejorar
el paso de los porteadores, sin bajar el nivel de seguridad.
Es más, la Policía Nacional espera poder tener un control
más exhaustivo de las personas que cruzan a diario para
acceder al polígono.
Con este nuevo paso se quiere cerrar un capítulo “negro”
para la historia del polígono, pero también de Ceuta. Y es
que, el caos circulatorio que se formaba en el paso del
Biutz se cobró en mayo de 2009 dos vidas. Dos porteadoras
fueron arrolladas en una avalancha, y desde entonces poco se
ha mejorado para evitar las concentraciones masivas de
personas. Los empresarios siempre han reivindicado mejoras,
pero casi a diario los agentes tienen que sofocar intentos
de avalancha.
El nuevo paso fronterizo fue aprobado por el Consejo de
Ministros y pretende mejorar el tráfico de personas entre
Marruecos y Ceuta. El proyecto forma parte de la reforma
integral que se quiere acometer en la frontera del Tarajal.
Una solución integral
Los propietarios de las naves esperan que pronto se ponga
solución a todos los problemas a los que se enfrentan a
diario: calles cerradas, suciedad, falta de seguridad, y las
avalanchas de porteadores. El paso fronterizo es parte del
remedio, pero un protocolo de actuación para los agentes que
se encargan de controlar el polígono es la parte esencial
que, según los empresarios, se necesita para mejorar la
situación del Tarajal. Y es que, este es uno de los focos de
empleo más importantes en una ciudad acuciada por el
problema del paro.
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