Vivimos unos tiempos donde los tentáculos de las elites
económicas han penetrado de lleno en los confortables
despachos de nuestros gestores educativos. Sólo hay que
hacer un análisis del saqueo al que está siendo sometida la
escuela pública.
Mientras unos soportan el sufrimiento, los políticos
conservadores y socialdemócratas siguen su cruzada
particular para aniquilar el Estado de Bienestar que tanto
ha costado llevar a las cotas de hace unos años. Un repaso a
la supresión de derechos sociales y de servicios públicos
pone de manifiesto el capitalismo salvaje y el aumento de
los beneficios de una minoría de privilegiados.
Sí, privilegiados, de una sencilla y torticera lucha de
clases, unida a un filón de negocio que conducen a una
ruptura de un modelo, y que llevan a gran parte de la
ciudadanía a mantenerse en el juego con desequilibrios muy
importantes y a ser expulsado del mismo en el momento en que
manifieste una actitud crítica que incomode a los jerifaltes
políticos.
La educación pública es uno de los primeros bastiones a
derrotar. Las instituciones educativas como transformadoras
de la sociedad, incomodan. Volver a un modelo de
instituciones de pensamiento único, es el objetivo que se
esconde tras toda esta farsa en la que se ha convertido la
política de este país. Hoy, nuestro actual premio Príncipe
de Asturias de las Letras, ha tachado de “vergüenza” y ha
comparado con una “obra teatral repetida” la gestión
política de la educación en España. Se necesita una política
educativa sólida, solidaria, que se base en la opinión de
los docentes que trabajan en las aulas, y no de “expertos”
políticos desde sus despachos, que cuando son invitados a
defender los valores de este ideario, rehúyen, por
encontrarse con serias dificultades para argumentar
semejante despropósito.
Últimamente se le exige al profesorado de la escuela pública
que arrime el hombro, se califica de derroche el acercar las
escuelas a la dinámica de la sociedad actual, se minusvalora
la capacitación de los profesores, se aumenta la ratio por
encima de los límites legales establecidos, se reducen
plantillas, se aumentan horas de docencia, se eliminan
derechos, se congelan sueldos, se dificultan el acceso a las
becas, se aumentan las tasas… podríamos seguir….. y se
pretende decir que las siglas de una ley son suficientes
para contrarrestar este despropósito. Ley de MEJORA de la
calidad de la Educación.
¿De qué calidad hablan?
¿Se puede decir que es de calidad un sistema educativo que
es elitista?, donde el hijo de las familias pobres, tendrá
serios problemas para permanecer en el sistema sin ser
expulsado al menor desliz, a veces provocado por
evaluaciones que sólo y exclusivamente miden aquello que se
prepara de forma reiterada, con talón en mano y en horario
de tarde.
¿Se puede decir que es de calidad un sistema educativo que
es insolidario y que no entiende que los distintos puntos de
partida, que las distintas condiciones de las personas, en
muchas ocasiones, tienen más peso que la valía de las
mismas?
¿Se puede decir que es de calidad un sistema educativo que
aplica ranking en sus escuelas y premia en los primeros
puestos a aquellas que aplican el elitismo, el racismo, la
trampa,…?
¿Se puede decir que es de calidad un sistema educativo que
clasifica a las personas en académicos y no académicos, en
relación a una prueba aplicada por personas que desconocen
la realidad diaria de los examinados?
… podría seguir poniendo ejemplos pero creo que hay que
decir ya con rotundidad,
QUE ESTO NO ES CALIDAD, QUE ESTA POLÍTICA EDUCATIVA NO VA A
MEJORAR LOS RESULTADOS DE LOS QUE MÁS DIFICULTADES TIENEN,
SINO QUE VA A EXPULSAR DEL SISTEMA A AQUELLAS PERSONAS A LAS
QUE NO LES INTERESA TENER, PORQUE MANCHAN LA IMAGEN DE ESTA
ESPAÑA INMACULADA, DONDE LAS ELITES NOS DEMUESTRAN DÍA A DÍA
QUE EDUCACIÓN NO ES UN SIMIL DE INSTRUCCIÓN, TAL Y COMO NOS
QUIERE HACER VER EL SER WERT.
GRACIAS Y ÁNIMO POR LA LUCHA.
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