Una afirmación extraída, no de las
manifestaciones de los miembros del Gobierno, ni de las
manifestaciones de los dirigentes del Partido Popular, sino
de los datos ofrecidos por el Banco de España en su último
boletín económico. Por cierto, debo recordar a los más
críticos, a los incrédulos, que esta entidad es el organismo
del Estado español que actúa de banco central nacional y
supervisor del sistema bancario español, miembro del Sistema
Europeo de Bancos Centrales, y por tanto, sometido a las
disposiciones del Tratado de la Comunidad Europea.
Datos que apuntan, que durante el período de julio a
septiembre del año en curso, el Producto Interior Bruto pasó
a crecer un 0,1%, en tasa intertrimestral, tras nueve
trimestres consecutivos de descensos. Circunstancia que ha
llevado a los mercados financieros internacionales a confiar
en la economía española posibilitando con ello, que los
inversores extranjeros apuesten por nuestro país y con ello,
hayan adquirido en los últimos meses un gran número de
títulos españoles, que han llevado al ibex a alcanzar los
10.000 puntos la semana pasada.
Es momento de recordar como la economía española enlazó dos
recesiones consecutivas desde mediados de 2008, pese a las
reiteradas negaciones protagonizadas por los dirigentes
socialistas, incluyendo entre ellos a quien hoy lidera al
primer grupo parlamentario en la oposición, Alfredo Pérez
Rubalcaba. Pues bien, tras dos años de ajustes
presupuestarios y reformas legislativas criticadas por el
progresismo español, este país comienza a ver
definitivamente la luz al final de un largo túnel, los datos
y las cifras así lo certifican. No obstante, debemos ser
prudentes en nuestras apreciaciones hasta que las cifras del
desempleo no comiencen a disminuir de manera significativa.
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