La ausencia de la coalición
Caballas en la Rueda de Hombres contra los malos tratos
organizada por el PSOE es un ejemplo más del concepto que
esta formación política tiene del carácter de
representatividad que las urnas le han otorgado para
hacerlo, decidiendo sus dirigentes cómo, dónde y cuándo lo
hacen a título personal lo que desvirtúa, en muchos casos,
sus protestas cuando quieren hacer valer esa misma
representatividad que la democracia les otorga. Por ello, si
en un acto sin colores, ni partidos, ni ideas, absolutamente
reivindicativo donde la sociedad se une contra los
maltratadores, no está Caballas como tampoco lo hace en el
Día de la Autonomía y en tantas otras manifestaciones
públicas de calado social, tampoco puede esgrimir
solidaridad con sus iniciativas cuando ellos no corresponden
de la misma manera en otros escenarios.
Pierde mucho Caballas con estas actitudes que consideramos
equivocadas, porque para cargarse de razones hay también que
saber estar a la altura de las circunstancias en cada
momento. Caballas ganaría mucho si, en vez de conspirar
tanto como parece su especialidad o de arremeter contra
empresas que no son de su cuerda o no gozan de sus
bendiciones, se dedicaran más a la política con mayúsculas,
mirando a la sociedad de frente y no mirándose el ombligo,
creyéndose el centro del mundo o de Ceuta.
Las ausencias en actos públicos de dimensión social y más
que justificados en cuanto a su sentido reivindicativo, no
hacen mas que descubrir los intereses partidistas de quienes
no son capaces de acudir nada más que a lo que ellos mismos
organizan o promueven. Ese sentido excluyente, restrictivo y
cicatero es su forma de entender la política en minúsculas.
Deberían reflexionar.
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